Arrepentimiento y alegria

Arrepentimiento y alegría
(Penitencia)

Nunca cerrará Dios los ríos de su misericordia a un corazón contrito, por repetidos y graves que hayan sido sus crímenes. En lo humano, la paciencia tiene siempre un límite; en lo divino no. “Primero nos cansamos nosotros de ofenderlo que Él de perdonarnos”, decía Santa Teresa. Y santa Teresita se preguntaba qué haría ella si al despertar unamañana recordara que la noche anterior había cometido todos los crímenes imaginables. ¿Iría presurosa a buscar el perdón divino? “Sí, responde, y mis pecados desaparecerían ante la misericordia divina con la misma facilidad con la que desaparece una gota de agua en un brasero ardiente”.
Lo que nos pide Dios en éste sacramento es que vayamos a él con el corazón sincero en nuestro dolor dela ofensa. Y la primera manifestación de nuestro dolor es el reconocer nuestro pecado, de reconocerlo ante Él y ante la Iglesia. No es por lo tanto una arbitrariedad o necedad que debamos ir al sacerdote a exponer nuestras culpas y solicitar el perdón. Así lo estableció nuestro señor Jesucristo.
Jesucristo instituyó el sacramento de la penitencia la tarde misma del día de su resurrección:“Jesús vino y puesto en medio de ellos les dijo: La paz sea con vosotros. Y diciendo esto les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron viendo al Señor. Díjoles otra vez: la paz sea con vosotros. Como me envío mi Padre, así os envío yo. Diciendo esto sopló y les dijo: Recibid al Espíritu Santo; a quien perdonareis los pecados les serán perdonados; a quienes se losretuviereis les serán retenidos”. San Juan (20, 19-23)

Si nos gusta o no el modo establecido para recibir el perdón de los pecados es algo secundario. Hemos de aceptarlo porque es institución divina. Debemos manifestar una gratitud profunda por éste maravilloso modo de la gracia. Dios no sólo perdona sino que olvida las piedras grandes medianas y pequeñas que venían aplastando nuestra conciencia.Luego del Bautismo sólo una cosa puede separarnos de Dios: el pecado mortal.
* Pecado mortal es el rechazo consciente y deliberado de la voluntad divina en materia grave.
* Lo que debemos decir en la confesión son todos los pecados mortales ya que por ellos perdimos la comunión con Dios.
* La confesión anula el castigo eterno. Dios une otra vez esa alma consigo, la absuelvedel pecado mortal y elimina el peligro del desastre eterno al que el alma estaba destinada.
* La confesión remite parte del castigo temporal debido por el pecado, osea lo que yo debo a Dios por mis pecados. Por ejemplo: un adolescente que en un arrebato de ira da un puntapié a una mesa y tira un florero de cristal “Perdón mamá -dice arrepentido- perdón”. Bien- dice su madre- si estasarrepentido, estas perdonado. Pero tendrás que recoger los trozos rotos y espero y espero que comprarás un florero nuevo con tus ahorros”. La madre perdona la desobediencia y absuelve al muchacho del castigo, pero espera que ofrezca satisfacción por su rebeldía. Esta es la satisfacción que debemos a Dios por haberlo ofendido. Y saldamos ésta deuda con oración, mortificación y otras buenas obras hechas enésta vida en estado de gracia, o la tendremos que pagar en el purgatorio. Esta es la pena que el sacramento de la penitencia reduce, al menos parcialmente, en proporción del grado de nuestro arrepentimiento. Cuanto más fervientes sean nuestras disposiciones, más se reduce la satisfacción temporal adeudada.
* El sacramento de la penitencia también nos devuelve los méritos las buenas obras queteníamos antes de nuestro pecado mortal.
* Cuando una persona acude a la confesión sin pecado mortal, no recibe el sacramento en vano. En este caso el alma se enriquece con un aumento de gracia santificante.
* Otro efecto del sacramento de la penitencia es que nos da el derecho a todas las gracias actuales que podamos necesitar, y en el momento en que lo necesitemos, para vencer nuestras...