Arriba, asi mas arriba

Arriba, así, más arriba

Las filas de personas expectantes, esperando una a una su turno, se empiezan a acumular en la estación donde llega el vagón. Allí, con el sol dispuesto a resecar la piel unniño juega con su celular, el cual en otras épocas era remplazado por yoyos y canicas haciendo juego con la que creatividad.
Él va de la mano de una señora, aparentemente su madre, quien lo incita aguardar su juguete en el bolso mirando a su alrededor con aires de desconfianza, estamos en Santo Domingo, ¿lo recuerdas?, asentó.
También hay 2 jóvenes a su derecha, que si no fuera por susrepetidos y constantes besos, cualquiera diría que son familia. Vistan igual, se peinan igual y casualmente hablar exactamente igual.
A pesar de esto, el sol seguía emanado vapor, ese que sofoca y desespera,en la esquina y por la altura de la cartelera, una anciana busca insistentemente en su tula color café, mientras se acomoda una ruana y saca una cuenta de servicios, que puede ser una buenaestrategia para ahorrarse el pasaje en este viaje.
Sale el primer vagón y algunas risas se escuchan mientras algunos pasajeros, torpemente tropiezan al subir y al bajar de allí, así como las cámaras queacompañaban el momento con algunos de sus flash.
Arribas, más alto, era la frase del niño que guió las miradas de todos los tripulantes de esta cabina, los cuales a pesar de que el paisaje sólo pasabade verde a más verde, quedaban impactados por la gran hazaña que acababan de asumir.
Se ve la próxima y única parada del sector, donde muchos decidieron regresar y otros, quizás por la hora, buscabanun lugar donde comer. Ellos y los otros, todos habían llegado con un sonrisa en el rostro a la parada, como quien sobrevive a una aventura extrema, ya que sin pensar en el conflicto y la violenciapor la que atraviesa la ciudad, algunos se habían tomado la molestia de hacerlos participes de un pulmón verde, donde podían llegar subiendo así, más arriba, en lo alto.

Melissa Bedoya Gómez
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