Arte centro-periferia

Centro-Periferia:
Imagino que, visto desde Chile soy un escritor español. Lo comprendo. Pero hace mucho tiempo que he dejado de ser un escritor al que se pueda adherir una nacionalidad.
Enrique Vila-Matas, escritor español.

En nuestro afán de ordenar, clasificar y determinar los límites de un objeto de estudio segregamos o hacemos distinciones metodológicas que muchas veces terminan porencajonar incómoda y absurdamente a un sujeto en tal o cual categoría. Es verdad que ese orden muchas veces da sentido o dirección y nos permite movernos en nuestras disciplinas con mayor facilidad, pero hay veces en que las categorías se vuelven lo central y lo que no pueda ser clasificado en ellas simplemente deja de tener valor.
Un claro ejemplo es la propuesta generacional (Cedomil Goic) de laliteratura chilena que ha primado en Chile por mucho tiempo, sin embargo la complejización del mundo se ha encargado borronear lo que antes parecía tan evidente. En una entrevista guardada por mucho tiempo y publicada hace algunos días Roberto Bolaño, quizá el escritor chileno más mitificado (o mistificado, si aceptamos la mercantilización como cultura dominante) desde la perspectiva de TicioEscobar[1], contesta a una pregunta referida a su pertenencia a la Nueva Narrativa Chilena de la siguiente manera: …la verdad es que no, pero tal vez por otro lado sí. Es decir, generacionalmente soy uno de los más viejos de la Nueva Narrativa Chilena […] participe no me siento, estamos en una misma franja de edades y somos chilenos, hay dos puntos en común claros, pero partícipe de una ciertaestética, de un cierto proyecto literario común, para nada […] hay una serie de escritores en lengua hispana de los que me siento muy próximo. Respecto a la Nueva Narrativa Chilena, creo que el adjetivo “nueva” no se corresponde, porque no hay ningún veinteañero. Guatemaltecos, mexicanos, argentinos, españoles y cubanos aparecen en la lista de nombres a los cuales el chileno siente que son su verdaderageneración. El mundo se ha complejizado y la edad o la nacionalidad ya no son un parámetro unificador suficientemente totalizador.
En este complejo sistema de relaciones culturales la literatura puede aferrarse a una lengua común para establecer algunas coordenadas de ruta. Las artes visuales en cambio enfrentan un desafío quizá aun mayor.
Las escuelas estéticas europeas o más específicamentelas franco-germánicas -atribuirle a toda Europa una consecución de discursos estéticos es una simplificación que quizá también corresponde a la problemática centro-periferia- cruzan, hasta bien entrada la segunda mitad del S XX, una suerte de remezón con la “crisis de la representación” y problematizando las disyuntivas de lo artístico y lo extra-artístico en el concepto de industriacultural. Debemos sumar a estas escuelas las vanguardias históricas, las tendencias artísticas norteamericanas y a Duchamp que no para de moverse entre lo europeo y lo “americano” (entendiendo por americano al mundo anglosajón avecindado en América) sin adaptarse nunca. A ese arte “europeo” que se ha construido como un andamiaje progresivo de discursos desde el S XVI hasta la actualidad se enfrenta odialoga el arte latinoamericano, intentando los mismos elementos discursivos pero no desde la ociosidad teórica (como califica Nelly Richard) del primer mundo, sino desde la miseria y el terror.
Este diálogo según Ticio Escobar comienza desde los inicios coloniales cuando bajo arquetipos normativos se clasificaba a las manifestaciones culturales de los indígenas simplemente como destrezas manualesy posteriormente concediéndole el carácter de artesanía a estas manifestaciones, pero siempre como cultura material y nunca considerándolas soporte de valores artísticos. Richard actualiza esta relación y la ejemplifica con las expectativas del circuito internacional (de recepción metropolitana) que esperaba de las obras nacidas en dictadura transparencia y explicitud de la brutalidad y el...