Arte destructivo
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Sociales
Arte destructivo: expresión artística argentina del movimiento informalista
Seminario de Arte y Comunicación en la Época de la Consumación Técnica
Cátedra Lezama - Mundo
Alumnos: García Olmedo, Rodrigo
Rubianes, Facundo
Serra, Nadia
Ciclo de cursada: 2º Cuatrimestre de 2010
Entrega:
Introducción“Más profundas, más extensas que las leyes de la construcción son las leyes de la destrucción. Pero destrucción y construcción son mecanismos asociados. Nada se puede construir sin una etapa previa de destrucción. Una lenta y solapada corriente de destrucción circula por la naturaleza que nos rodea, y toda esa tarea de destrucción confluye en la construcción de la vida”.
AldoPellegrini, Arte Destructivo (catálogo de la exposición), 1961
Entre los sempiternos y multidisciplinares conceptos llamados arte y comunicación, surge una forma de expresión inmiscuida en ambos campos, agregando un componente, una dosis de subversión: la violencia. Arte destructivo, hijo del Movimiento informalista, opone arte a destrucción, para construir instancias de comunicación y percepción.Destruir para crear y la violencia, simbólica claro está, en este caso invita a trasgredir la percepción de un arte clásico estético, geométrico, selectivo y tradicional. Arte destructivo fue desarrollado para irritar al espectador violentando los límites del arte y discutiendo, no sólo con las concepciones artísticas imperantes, sino también con la realidad social y política. Sus recursos no fueronmeros objetos destruidos, también se presentaron desvaríos sonoros, cierta predisposición torpe de las obras expuestas con guiños a la sátira y a la ironía. Los preceptos se convirtieron en una violenta anomia estética. La experiencia fue colectiva y sin nombres propios.
La década del sesenta se caracterizó por la confianza depositada en el “desarrollismo” político y económico, que tambiénextendió su cuota hacia el campo cultural, expresada en el deseo de convertir a Buenos Aires en una de las capitales del arte del mundo. Tal como señala Emiliano Pacheco, “los sesenta deben parte de su euforia al sueño ya realizado de Buenos Aires como una de las capitales internacionales del arte pop con la seducción y el prestigio del Instituto Di Tella” 1, y su referente, Jorge Romero Brest. Elcampo artístico, estuvo caracterizado por el cambio de eje de la meca artística, que ya no sería París, sino Nueva York. Por aquél entonces, Buenos Aires generó la confianza para atraer expositores europeos y norteamericanos. Este proceso, colaboró para mantener preocupados a los vanguardistas y radicales que “en su intención rupturista e inaugural buscaron forzar los límites de lo establecidoincorporando entre sus estrategias, el recurso a la violencia”.2
El principal exponente de Arte Destructivo, se llama Kenneth Kemble y junto a otros colaboradores logró en un año trabajar para una elaboración cuidadosamente desprolija que combinó materiales heteróclitos, destruidos en su mayoría y una crítica desagradada. Entonces, en esta orquestada ruptura con el “buen gusto” del arte, surgeentre los informalistas, la figura de Kemble, que adquiere una contundente importancia. Su participación como protagonista del arte de destrucción, del arte de participación y el desarrollo del assemblage y el collage contemporáneo, elevó aún más el termómetro de la discusión artística en los años sesenta y posteriores. En 1961, La galería Lirolay acusó recibo de la muestra en la que se expondría unaserie de obras que invitan a la sátira, al desconcierto, a la irritación. El ideólogo del arte destructivo, sentó las bases de un arte crítico en sí mismo, ambivalente, un arte aparentemente despojado de reglas, de estética pura, un aura perdida que sólo se entenderá por su valor cultual, buscando las huellas de su aparición. Arte destructivo respira inconformismo en varias direcciones:...
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