arte y ciencia
No estamos preparados para aprender largas listas de datos o cifras, razón por la cual nos cuesta tanto memorizar números de teléfono u otros conceptos abstractos que no podemos relacionar con una referencia visual. Por elcontrario, defiende la teoría evolucionista, nuestra memoria está diseñada para recordar el espacio, puesto que nuestros antepasados cazadores necesitaban un buen sentido de la orientación para saber cómo conseguir día tras día los recursos que la naturaleza les proporcionaba y volver al hogar sanos y salvos.
Los pensadores clásicos empleaban la técnica de los 'loci' para recordar sus discursosHayexcepciones a dicha regla. Algunos autistas de alto funcionamiento o personas con síndrome de Asperger, como ocurre con el protagonista de la película de Barry Levinson Rain Man (1988) interpretado por Dustin Hoffman, pueden demostrar una increíble capacidad memorística en lo que se refiere a las cifras. Es la excepción a la regla. El resto de mortales tenemos que utilizar cada vez más programasinformáticos o notas manuscritas para recordar nuestro número de teléfono o código postal.
Los palacios de la memoria
Durante siglos, fue habitual que los grandes oradores, como Cicerón, fuesen capaces de memorizar un discurso de la primera letra a la última sin tener que apoyarse en notas escritas o en los más modernos teleprompters. No es únicamente que, como aducen expertos como Nicholas Carr,internet nos haya hecho más tontos. También ocurre que hemos olvidado las técnicas que dichos maestros utilizaban, de mano de la desaparición de la oratoria como arte y género literario.
Nos cuesta recordar los datos, por lo que debemos transformarlos en información espacialEl propio Cicerón cuenta en De oratore, escrito en el año 55 a.C., la historia de Simónides de Ceos, considerado como el padrede la mnemotécnica, el procedimiento de asociación de ideas mentales que facilita el recuerdo de algo. Simónides era, según el político romano, capaz de recordar con un simple vistazo dónde se había sentado cada persona en un banquete. Aunque hay personas que gozan desde su nacimiento de una mejor memoria que otras, el poeta acuñó el concepto de “palacios mentales”, también conocido como “técnicade los loci” (“lugares” en latín), para aprender a disponer las ideas abstractas en espacios creados mentalmente que faciliten el recuerdo.
Existen muchas otras prácticas que contribuyen a mejorar nuestra retentiva, y que suelen aparecer con frecuencia en los ensayos sobre la memoria. Dormir las horas suficientes, una buena alimentación, el ejercicio físico, la risa o el juego son factoresesenciales a la hora de evitar olvidos indeseables, pero raramente se relacionan de manera directa con la forma en que conocemos y administramos la información. Sin embargo, la historia de Simónides y sus palacios de la memoria nos dicen mucho de la manera en que gestionamos el conocimiento.
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En un reciente ensayo, Moonwalking with Einstein. The Art andScience of Remembering Eveything (Penguin Books), el periodista de The New Yorker yNational Geographic Joshua Foer recuperaba las viejas ideas de Simónides y Cicerón como parte de su entrenamiento mental. Las técnicas pergeñadas por los clásicos han permanecido invariables desde hace más de dos milenios, si bien raramente son recordadas en un mundo en el que la metáfora del palacio empleada por...
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