Arte y ficción

ELu00a0ARTE DE LA FICCIÓN1 
Henry James 

                                                            
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 Pertenece a CRONICAS DE UNA AMISTAD, epistolario entre R. L. Stevenson y Henry James 

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NO DEBERÍA HABER ADJUDICADO un título tan general a estas pocas observaciones, que por
necesidad no son en modo alguno completas, sobre un tema cuya plena consideración nos llevaríalejos, de
no ser porque creo descubrir un pretexto para mi temeridad en el interesante folleto recientemente publicado
con esta denominación por el señor Walter Besant . La conferencia del señor Besant en la Royal Institution
—forma original de su folleto— parece indicar que muchas personas se interesan por el arte de la ficción y
no son indiferentes a observaciones como las que quien lo cultivaintenta quizás hacer acerca de él. En
consecuencia me siento deseoso de no perderme el provecho de esta favorable asociación y deslizar unas
pocas palabras al amparo de la atención que con toda seguridad el señor Besant ha suscitado. Hay algo muy
alentador en el hecho de que haya dado forma a algunas de sus ideas relativas al misterio de la narración.
Es una prueba de vitalidad y de curiosidad:curiosidad por parte de la hermandad de los novelistas, así
como por parte de sus lectores. Hace sólo poco tiempo se podría haber supuesto que la novela inglesa no era
lo que lo que los franceses califican de discutable. No parecía tener detrás de sí una teoría, una convicción,
una conciencia de sí misma, de ser la expresión de una fe artística, el resultado de la elección y la
comparación.No digo que fuera necesariamente peor por esto; haría falta mucho más valor que el que yo
poseo para insinuar que la forma de la novela, como Dickens y Thackeray (por ejemplo) la vieron, tuviera
alguna tacha de imperfección. Era no obstante naif puedo utilizar otra palabra francesa), y, evidentemente, si
está destinada a padecer de alguna manera por haber perdido su naiveté, abriga ahora unaidea que le
asegura sus correspondientes ventajas. Durante la época a la que he aludido había una cómoda y jovial
sensación de que una novela es una novela, como un budín es un budín, y que ahí se acababa la cosa. Pero
en uno o dos años, por una u otra razón, ha habido señales de renovada animación: se diría que se ha abierto
en cierta medida la era del debate. El arte vive del debate, delexperimento, de la curiosidad, de la variedad
de intentos, del intercambio de opiniones y de la comparación de puntos de vista; se supone que las épocas
en las que nadie tiene nada en especial que decir sobre ello ni tiene razón alguna que dar sobre su práctica o
sus preferencias, aun siendo tal vez épocas de genio no son épocas de evolución, sino posiblemente hasta de
cierta monotonía. La logradaaplicación de cualquier arte es un espectáculo delicioso, pero la teoría es
también interesante; aunque hay mucho de ésta sin aquél, sospecho que nunca ha habido un éxito auténtico
que no haya contado con un núcleo latente de convicción. Debate, sugerencia, formulación; estas cosas son
fertilizadoras cuando son francas y sinceras. El señor Besant ha dado un excelente ejemplo diciendo lo quepiensa acerca del modo en que ha de escribirse la ficción, así como acerca del modo en que debe publicarse,
pues su opinión sobre el "arte", que se continúa en un apéndice, abarca también esto. Otros que cultiven el
mismo campo adoptarán sin duda este debate, le prestarán la luz de su experiencia y el efecto será seguramente hacer que nuestro interés por la novela sea un poco más lo que durantealgún tiempo amenazó con
no llegar a ser: un interés serio, activo, inquisitivo, bajo cuya protección este delicioso estudio tal vez se
aventure, en momentos de confianza, a decir un poco más de lo que piensa de sí mismo.
Tiene que tomarse a sí mismo en serio para que el público lo haga también. La vieja superstición
según la cual la ficción es "maligna" ha desaparecido sin duda en Inglaterra,...