Arte y los artistas
Guía de Aprendizaje: APRECIACIÓN DEL Módulo 2. Actividad 2
El arte y los artistas
Autor: Luis Alberto Pérez Amezcua, basado en el texto Historia del Arte de Ernest Gombrich Conocer el arte es conocerse a uno mismo. La vida moderna nos ha hecho creer que el arte es aburrido, que es un asunto propio de la gente nerd, de personas que emplean su tiempo en cosas que no les serán útiles o que no les resultan inmediatamente divertidas. Esto es falso. El arte es sumamente útil y, si lo sabemos apreciar —y si lo sabemos compartir con nuestros amigos—, puede ser algo en verdad divertido. El arte es, desde luego, una forma de comunicarnos y de socializar. Algunos especialistas afirman que no existe propiamente el arte, que tan sólo hay
artistas (Gombrich 1995: 13), y los artistas se manifiestan de distintas maneras. Estas diferentes manifestaciones artísticas —cine, pintura, escultura, literatura, música, etcétera— son formas de comunicación humana. La palabra arte puede significar diferentes cosas, según la época y el lugar en la que la encontremos. Pero, a fin de cuentas, aunque hay muchas definiciones de arte, la que importa es la que nosotros mismos podamos darle. ¿Qué significan para mí las diferentes manifestaciones artísticas? ¿Qué me dicen? ¿De qué me informan? ¿Qué me hacen pensar? Pero, sobre todo, ¿qué me hacen sentir? Estas preguntas son algunas de las que nos podemos plantear al estar ante alguna
manifestación artística. Son preguntas que nos pueden ayudar a comprenderlas y disfrutarlas y, con ello —como dijimos—, comprendernos a nosotros mismos. Quizás esta sea una de las claves para que tú puedas apreciar el arte: hacerte preguntas, no quedarte estático, sin hacer nada. Es como cuando entablamos un diálogo con una persona que no conocemos. Si le ponemos atención y nos esforzamos un poco por entender lo que nos dice, la comunicación tiene lugar. Mientras la escuchamos, en nuestra mente nos hacemos preguntas de una manera muy rápida para entenderla. Y también hacemos conjeturas. Decimos: “¡Ah! Lo que
quiere decir es esto, por esta causa”. Y esto lo hacemos con el mismo lenguaje humano. A esta misma persona la podemos oír, pero no escuchar, y entonces la comunicación es deficiente o no se da. Es la diferencia entre escuchar y oír, tal como ocurre con ver y mirar. Cuando ponemos en práctica nuestras capacidades perceptivas y mentales superiores la comunicación y el entendimiento aumentan. El arte puede gustarnos por cualquier motivo. Cualquier razón es válida y buena. Una pintura o un cuadro nos pueden gustar porque nos recuerdan algo agradable. Nos puede gustar un paisaje porque nos recuerda unas maravillosas vacaciones; o un retrato porque nos recuerda a alguien querido. No hay nada malo en ello. Todos nosotros, cuando vemos una manifestación artística cualquiera, podemos recordar o asociar muchas cosas que pueden influir en nuestros gustos y disgustos. Si estos recuerdos o asociaciones nos ayudan a gozar de lo que vemos u oímos, no hay ningún problema. Pero cuando hay algo que se convierte en un obstáculo para disfrutar de una buena representación artística debemos —de nueva cuenta— hacernos preguntas. ¿Por qué hay algo que me aparta de esto? Es entonces cuando empieza la otra parte de nuestro autoconocimiento. Podemos identificar lo que nos gusta y recordar por qué nos agrada; pero acaso sea más importante saber qué no nos gusta y, sobre todo, por qué. En pocas palabras, lo que queremos decir es que hay causas equivocadas por las que puede no gustarnos una obra de arte. Estamos en nuestro derecho de que algo no nos ...
Regístrate para leer el documento completo.