Arte Y Transformación Social
ARTE Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL
1. Introducción: Una crisis estructural
La crisis que está atravesando la sociedad argentina tiene algunas características sobresalientes; una de ellas es que se trata de una crisis integral. Esto significa que no sólo vivimos el dolor de tener a la mitad de nuestra población en situación de pobreza, sino que esa realidad expresa elagotamiento de todo un sistema político, económico y social, con las consecuencias que esto trae en los valores y la cultura de nuestro pueblo.
Se experimenta cotidianamente la sensación de algo que debe terminar, aunque no veamos con claridad la nueva realidad que debiéramos construir. A diferencia de décadas anteriores, no se trata de que tal o cual estructura ideológica o política “tome el poder”para llevar adelante transformaciones necesarias; sin desconocer ese camino, pareciera que necesitamos, en realidad, un cambio profundo y social, una tarea de fondo, ligada al terreno de los principios vitales cotidianos de una comunidad, sus creencias, sus sueños y su modo de vida.
El brutal proceso de concentración de la riqueza y de destrucción del endeble aparato productivo de nuestro paísconcretado desde la Dictadura militar en adelante ha ido de la mano de la consolidación de un sistema político, social y cultural en el que la democracia es apenas un discurso, una declaración propagandística y superficial; la gente vota cada cuatro años, pero los grandes grupos económicos votan y realizan la política pública todos los días. Y esa perversión fundante ha tenido consecuenciasreales y cotidianas en la comunidad, intentando desarticular su identidad, su memoria, su capacidad de interpretar el pasado, transformar el presente y proyectar el futuro. Una compleja crisis estructural se abate sobre nosotros, y se hace difícil encontrar las claves para atravesarla.
2. La Cultura de la Delegación, o la Cultura del Protagonismo
Sin embargo, algunas certezas fueroncobrando cuerpo a lo largo de estos años de resistencia al neoliberalismo, de convivencia con la corrupción institucionalizada y de empobrecimiento general de nuestro pueblo. Una de ellas, desde nuestro punto de vista la más provocativa, es la comprobación de que lo que está efectivamente agotado es LA CULTURA DE LA DELEGACIÓN. Llamamos CULTURA DE LA DELEGACIÓN a ese complejo de reflejos y decisionesconscientes que depositan y proyectan en otro de mayor “poder” la posibilidad de mejorar nuestras vidas (sea éste un candidato, un pastor o un galán de telenovelas), y que funciona complementariamente con la cultura del producto y del consumismo, la cultura del “espectáculo”, la cultura del “sálvese quien pueda”, la cultura del autocentramiento y todas las formas del sectarismo.
La cultura del“consumismo” nos hace desatender los “procesos” de realización, los tiempos y ritmos humanos y naturales, forzando y desbastando recursos tanto por la compulsión a producir como por el consumo irracional. La cultura del “espectáculo”, que nos convierte a todos exclusivamente en espectadores no sólo frente al arte y la cultura sino, lo que es peor, frente a las decisiones públicas que afectan nuestravida cotidiana. La cultura del “sálvese quien pueda”, que instituye la quimera de intentar soluciones parciales (o individuales) a los problemas sociales, por definición complejos e interconectados. La cultura del “autocentramiento” y del “sectarismo”, que se edifica sobre el miedo al otro y la fantasía de los círculos autoabastecidos, desvinculados del resto de los actores sociales. Matricesculturales todas que encuentran sus causas en la falta de una sana autoafirmación propositiva; que no sólo operan en la vida cotidiana de nuestros barrios, sino que se traducen en el perfil mismo de las organizaciones comunitarias, con rasgos definidos.
Delegamos en los políticos, en la industria del entretenimiento, en las instituciones sociales y religiosas, en los medios masivos, etc....
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