Arte
Marián LÓPEZ FERNANDEZ
LA POSMODERNIDAD COMO REVISIÓN DEL SUJETO Desde finales de los años sesenta, aparece en occidente una línea de pensamiento útiJ para el análisis de las diferentes formas de producción cultura]. Esta línea, con todas sus subtendencias correspondientes tenía un común denominador: reconoce que la Modernidad es yahistoria. Esta modernidad, basada en los ideales ilustrados, ha fracasado en varios aspectos y algunas de sus propuestas no han sido realizadas en su totalidad. En cualquier caso su unicidad histérica y de pensamiento se desmorona. Esta línea, llamada posmodernidad, califica el momento histórico actual a través de un capitalismo multinacional, una sociedad postindustrial basada en el consumo, quepresenta unas características específicas como la obsolescencia planificada, la sucesión incesante de modas y estilos, la penetración de la publicidad, televisión y «medias» a toda la sociedad, la suavización entre centro y provincia a través de una sucesiva estandarización, crecimiento de canales de comunicación y llegada del automóvil. La posmodernidad se caracteriza además, por un elementofundamental: la desaparición del sentido de la historia. El sistema social contemporáneo ha comenzado a perder la capacidad para retener su propio pasado. Ha comenzado a vivir un presente perpetuo. Desaparecido el hilo conductor de la historia ,la «Historia» con mayúsculas, salen a la luz las «otras» historias, a través de las otras culturas. El reconocimiento de la otredad permite la descentralizaciónde los cánones y su pluralización. Esto lleva al cuestionamiento del concepto de sujeto
Arfe, Individ~~oySociedad, 4, 103-109, Editorial Complutense, Madrid, 1991-92
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Marión López Fernández
en su término moderno, del sujeto individual, creador de su propia historia y emancipado. La pérdida del concepto de sujeto como tal y la desaparición de la historia comoeje logicoqueexplicaeldevenirde la sociedadreal llevaa la desconstruccién de tales conceptos. Y es ahí donde las teorías feministas encuentran un eco en el pensamiento. Desde su otredad reivindican y cuestionan el sujeto tradicional.
EL FEMINISMO COMO CRÍTICA DE LA REPRESENTACIÓN Inmersos en el entramado cuestionador y desconstructor de la red de pensamiento posmoderno, la crítica feminista aporta elementosesclarecedores y fundamentales a la crítica de la cultura. Dado que la crítica posmoderna recae principalmente en las representaciones ya existentes, más que crear otras nuevas, cl cuestionamiento de dichas imágenes culturales pasa inevitablemente por la forma y el modo en que las diferencias sexuales y culturales han influido en la producción de dichas imágenes. La crítica feminista de la representacióntiende a desequilibrar el modelo de autorrepresentación masculino, y a hacer vacilar el culto de sus emblemas de poder y autoridad. Esta crítica parte de un supuesto: la realidad no es inmediatez, sino artificio de la construcción. No es un dato natural, sino un efecto de significación: un montaje representativo. Es la resultante de un proceso categorizador que —para poder designarlo— segmenta loreal en nombres y figuras. La crítica feminista más radical habrá de analizar cómo el discurso de la cultura dominante va codificando los lugares y las funciones y habrá de reflexionar sobre la red situacional y posicional de los efectos de la subjetividad que distribuyen y controlan las ideologías sexuales a través de mensajes y comunicaciones. Sin embargo, y a diferencia del grupo que postula labúsqueda de una diferencia, las teóricaso lasartistasfeministas interesadasenel debate posmoderno no están preocupadas en construir un nuevo modelo de «identidad» femenina (modelo según el cual la feminidad seria un valorfijeo uncontenido predefinido), ya que dicha preocupación seguiría asociada a un filosofía confiada en las esencias-verdades, y desmentiría el tono posmodernista de la búsqueda....
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