Articulo de Opinión

En "tierra de nadie"
MIÉRCOLES, 7 DE MAYO DEL 2014
Un grupo de economistas, politólogos y periodistas franceses han impulsado un manifiesto para Europa que, haciendo suyo otro documento presentado a finales del 2013 por el colectivo de economistas alemanes Gliencke, aboga por repensar unas instituciones comunitarias que no funcionan. Bajo la premisa de impulsar «un acuerdo económico ydemocrático radical» defienden la necesidad de fortalecer la unión política y fiscal de la eurozona.
De entrada, su propuesta está impregnada de una rebeldía que invita, por lo menos, a pensar. «Como ciudadanos de Francia y Europa, no aceptamos el sentimiento de resignación que paraliza a nuestro país». No parece una mala manera de oponerse al mal entendido pragmatismo de Manuel Valls. La «tierra denadie» en que se ha convertido la soberanía monetaria con una moneda única pero 18 deudas públicas diferentes deja las respectivas economías en manos de unos mercados cuyo principal propósito -tal vez el único- es especular tanto como se pueda. En el campo de las propuestas concretas se apunta que los países de la eurozona, empezando por Francia y Alemania, compartan su impuesto de sociedades. Si todostuviesen una base común las grandes empresas tendrían que tributar lo que les toca. Si ahora no lo hacen es gracias a las diferencias entre las legislaciones de los distintos Estados.
A partir de ahí se formulan otras medidas, como la mejora en el intercambio de la información bancaria, una lucha de verdad contra los paraísos fiscales y buscar fórmulas de redistribución de la riqueza másprogresista. Puede parecer utópico, pero no intentarlo es seguir como estamos. Los llamados grandes partidos, que seguramente a partir del 25 de mayo, lo serán un poco menos, no han querido o no han podido afrontar un cambio en el orden de prioridades. Solo con decir que hace falta más Europa no se resuelven los déficits, tampoco los democráticos, del actual modelo.
En esta campaña escucharán que estaselecciones son distintas porque por primera vez el voto de los ciudadanos servirá para elegir al presidente de la Comisión Europea. Es cierto. Y oirán sobre todo dos nombres: El aspirante conservador, el exprimer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, que es el candidato de Angela Merkel y Mariano Rajoy, y el socialdemócrata alemán Martin Schulz, quien tiene previsto participar en un mitin delos socialistas en Barcelona. A priori debería ser más lo que les separa que lo que les une. Pero en esta legislatura sus respectivos grupos han votado lo mismo en un 70% de las ocasiones. No son lo mismo, ni aquí ni en Bruselas, pero las casualidades, en política, acostumbran a ser la excepción.

El sueño de la razón produce monstruos
MARTES, 6 DE MAYO DEL 2014 - 13.18 H
La Unión Europea viveasediada por una tecnocracia conservadora que ha impuesto, desde el inicio de la actual crisis, un cóctel económico demoledor en forma de austeridad (recortes), devaluación interna (empobrecimiento vía reducción salarial) y política monetaria restrictiva (una enfermiza obsesión por la inflación). Con el pretexto de salvar el euro hemos acabado sacrificando a los europeos.
La consecuencia; enEuropa hay hoy 125 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, y una desigualdad insoportable sigue creciendo no sólo entre los países sino también dentro de los propios Estados. A su vez, aumenta la enorme desafección política que sienten los ciudadanos europeos respecto a sus representantes, y la situación social corroe la confianza en las instituciones, el futuro y los proyectoscolectivos.
La crisis de representatividad se agrava y la percepción de vivir en una democracia de baja intensidad aumenta. Los partidos tradicionales son los que más sufren este desgaste. Los límites políticos auto-impuestos a los gobiernos nacionales por la actual correlación de fuerzas europea, con una robusta mayoría de la derecha, refuerzan esta percepción.
Y es en este escenario de...