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Leonardo Anselmi se encerró en una jaula y se transformó en un perro doméstico. Acurrucado, sediento, hambriento, sin poderse estirar dentro de esa cárcel de un metro cuadrado, comprobó lo que significaba ser exhibido en público, de sol a sol, a la espera de que alguien lo comprara y parara latortura.
Volverse una mascota en potencia durante un poco más de un día no sólo le sirvió para comprobar lo duro que puede llegar a ser la vida de un animal en manos de un traficante. Su gesto consiguió matar la indiferencia del gobierno, que a los pocos días clausuró la venta callejera de especies, común en las ramblas de Barcelona.
"Eso fue tal vez lo más loco que he hecho en mi vida, pero valióla pena".
Fue el primer triunfo de Anselmi frente a la tortura animal. Una pequeña cuota inicial de lo que sería su gran faena, la que redondeó a mediados del año pasado y con la que logró una especie de vuelta al ruedo entre admirada, aplaudida y rechazada en todo el mundo.
Como vocero de la organización Prou (significa 'Basta' en catalán), lideró el debate que llevó a que la comunidadautónoma de Cataluña prohibiera las corridas de toros. Por 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones, el Parlamento de esta parte de España aprobó una iniciativa legislativa popular refrendada por 180 mil ciudadanos que enterró los festejos.
No habría sido lo mismo ponerle freno a la tauromaquia en Londres o Australia. Lo lograba en el país donde es una práctica que se realiza religiosamentedesde el siglo XII.
"Yo solo he sido la cara de un grupo que ha trabajado mucho. Quien tiene el mérito es la sociedad", dice, en un intento por quitarse un poco el peso de una gesta por la que recibió hasta amenazas de muerte.
-Primero las mascotas, luego los toros. ¿Qué sigue?
-Que la humanidad prohíba todos los espectáculos con animales.
Y no es un sueño. Hoy, por diferentes vías, movimientoso razones, 74 municipios de España, uno de Portugal, cuatro de Francia y cinco de América, entre los que figuran Zapatoca y Bello en Colombia, Baños (Ecuador) y Caracas (Venezuela), han rechazado las corridas.
Leonardo Anselmi, quien participó el jueves pasado en el Tercer Foro Nacional contra el Maltrato Animal, convocado por el senador Camilo Sánchez y la Red de Protección Animal y Ambiental(Redpaa), no es español, nació en Rosario (Argentina). Llegó a la península siguiendo a la mujer de su vida, a quien conoció a través de un chat.
Antes de radicarse en Barcelona hace un poco más de ocho años, estudio filosofía, sociología y trabajó como camarero, estacionando autos, sacando fotocopias, tocando su guitarra en el metro de Buenos Aires y, finalmente, como empleado en marketing, lacarrera que finalmente terminó.
Su amor por los animales no nació ayer. Desde que tenía 14 años recogía perros en la calle, los bañaba, les ponía un moño y salía a regalarlos por los parques.
"Siempre he sentido que los seres humanos damos un trato injusto a otros animales y que tenemos con ellos una actitud fascista: los explotamos, los maltratamos, les hacemos sufrir, los comemos, nos vestimoscon ellos, desconociendo que son seres que tienen la misma capacidad de sufrir que nosotros. Así no hablen, eso no justifica tanto maltrato".
Cuando llegó a Europa, esa idea pudo encajarla sin problema en medio de organizaciones ecologistas que trabajaban desde la década de los 90 en el continente. Poco a poco, sus líderes fueron gestando la plataforma Prou. "Nació cuando vimos que había unapoyo popular, que había un punto en común entre la sociedad y las reivindicaciones de los animalistas".
Anselmi, un vegetariano acérrimo, usa un argumento parecido para explicar cómo movimientos similares podrían gestarse en Colombia, donde lo único que ha faltado ha sido debate.
"Cuando uno habla con la gente, en cualquiera de los nueve países donde aún hay corridas de toros, descubre que la...
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