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El Juicio Final o la Creación de Miguel Angel, hubiesen causado una terrible impresión durante el siglo XIII, pero cuando estas maravillosas pinturas fueron contempladaspor un Papa renacentista no sólo fueron toleradas a pesar de sus desnudos, sino alabadas y admiradas. Numerosas anécdotas recuerdan la reverencia con que eran tratados los artistas. Carlos I deEspaña, dueño de media Europa, se agachó para recoger un pincel que se le había caído al Ticiano mientras pintaba en su presencia. Miguel Angel tenía siempre mesa y cama puestas en el palacio de los Médicis.La admiración por el genio era total y plena. Así, era frecuente que los artesanos suspendieran todas sus actividades y cesara el trabajo en la ciudad cuando se inauguraba una estatua o el poetafavorito anunciaba que iba a recitar una poesía inédita. Pico de la Mirándola, caballero perfecto, que murió en plena juventud, se enorgullecía de poder echar una moneda al aire en el interior de lacatedral y conseguir que fuera a chocar contra su altísima bóveda. El Renacimiento fue un constante torneo de fuerzas, belleza, ingenio, audacia y valor. Las potencias humanas, físicas y espirituales,...
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