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Junio 16, 2010 2 Comentarios
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El evangelista Lucas, en el textoevangélico de hoy, como que comienza a plantearnos el misterio de Cristo. En efecto, nos revela a un Jesús que siente la necesidad de interpelar a sus discípulos acerca de su identidad. Jesús predica, sana,perdona y anuncia el Reino nuevo, sin embargo, su percepción, acerca de los oyentes, es negativa. Presiente, dentro de sí, que la gente aún no ha entendido quién era verdaderamente o no quierereconocerlo. La imagen judía del Mesías, por cierto históricamente triunfadora y poderosa, no coincide con la de un Jesús perdedor, humanamente débil e intrascendente. Por esta razón, después de haber oradoen un lugar solitario, como era su costumbre, se dirige a sus discípulos y les pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. De esta manera, como que quiere conducir a los presentes hacia unareflexión realista de lo que estaba sucediendo, para ponerlos en aprieto y obligarlos a definirse con respecto a Él: “Ustedes ¿Quién dicen que soy yo?”. Podemos decir que esta pregunta Jesús nos la hace, hoy,a nosotros, en todas las diferentes etapas y estilos de vida que tengamos. Desde luego, las respuestas que demos revelarán nuestra propia cristología y nuestra verdadera postura frente al misterio deJesús. En la esperanza que correspondan al Jesús de los Evangelios, es decir: el Cristo, el Mesías liberador, el Hijo de Dios encarnado y enviado por el Padre para la redención de la humanidad.
Elcontraste entre las cristologías del momento.
A la primera pregunta de Jesús hubo respuestas variadas por parte de muchos: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, quealguno de los antiguos profetas que ha resucitado”. La esencia de estas respuestas refleja una Cristología que no va más allá de ser ‘profética’. ¿Jesús? Un ilustre y reciclado ‘profeta’. Más...
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