arturo borja
Nació en la ciudad de Quito, rodeado de un viejo prestigio familiar. Sobretodo su padre, el doctor Luis Felipe Borja, jurisconsulto eminente. Había enel hogar unaatmósfera liberal. Un problema en el ojo lo llevó de viaje aParís para su tratamiento. Volvió a Quito con un sentido espiritual diferente.En el propio idioma de ellos pudo leer a Baudelaire, Lautreamont,Verlaine,Mallarmé y Rimbaud. Hay que darse cuenta de lo que eso significaba. Simbolismoy parnasismo le reclamaron lo más escogido de su natural vocación de poeta...Arturo Borja apenas tenía quince añoscuando escribió sus primeros poemas. Sesentía prematuramente desengañado. En los momentos de sus tempranasreflexiones confesaba: "Mi juventud se torna grave y serena como -unvespertino trozo de paisajeen el agua". En otras ocasiones invocaba a lalocura, la "Madre locura", como libertadora del tedio, y a la melancolía- "Me-lancolía, Madre mía!"-, que es renunciamiento y laxitud. Pero en losinstantesde mayor crispación interior exclamaba, como en "Vas Lacrimae": "La vida tangris y tan ruin - ¡La vida, la vida, la vida!". O se quejaba de las amargasvulgaridades del medio nativo, como en su"Epístola a Ernesto Noboa Caamaño",prosaica pero sincera muestra de su inadaptación a la realidad. O, por fin,dejaba ver su decisión misma de ir pronto a la muerte: "Voy a entrar al olvidopor la mágica puerta- que me abrirá ese loco divino: Baudelaire!". Y aquellaurgencia en verdad se cumplió: Borja murió cuando apenas contaba veinte añosde edad.A ello obedecen la brevedad y las imperfecciones de suproducción lírica,recogida de manera póstuma en la "Flauta de Ónix". Pero la nota delrefinamiento y la vibración sentimental se deja advertir en buena parte de susversos. En algunos de ellos es tanexpresiva la queja, que fácilmente se hanincorporado al cancionero popular. Tal el caso de los versos de "Para mí turecuerdo..." En otros, como en los de "primavera mística y lunar", lo evidentees una...
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