Artículo Ruanda

Del 10 al 23 de mayo de 2012 // Diagonal
Edu Bayer

SABERES // 27
no tuvieron la misma suerte. Fuera, en toda Kigali, la capital ruandesa, y por los demás rincones de Ruanda, los hutus extremistas trataban de aniquilar cualquier aliento de vida de la etnia rival. El balance es brutal: 800.000 muertos en tres meses de histeria colectiva organizada, de abril a julio de 1994, en un país de pocomás de siete millones de habitantes. El 7 de abril, Kagame criticó abiertamente la actitud de algunos “estados liberales, democráticos y de derecho” donde los “genocidas ruandeses disfrutan de tranquilidad”, haciendo referencia a los refugiados políticos a los que acusa de haber participado en el genocidio. Luego, el presidente se giró hacia su gente. Sobre todo a los jóvenes que nacieron durantey después del genocidio, y que, según sus propias palabras, “ya han alcanzado la mayoría de edad y pueden decidir qué será de su país”. Es un mensaje ambiguo aunque con un fondo de esperanza. Pero muchos y muchas quieren seguir de vigilia en el estadio, unos porque una vez ya lo hicieron a la fuerza y otros porque esperan no tener que estar obligados a hacerlo nunca.

Mano de hierro
Elpresidente Kagame ejerce una enorme presión sobre el pueblo ruandés mediante la denuncia de tendencias “divisionistas”. Así, su Gobierno restringe el derecho de asociación, evoca la violación del principio de unidad nacional para controlar a la prensa, promueve barreras administrativas y burocráticas para la constitución de nuevos partidos, y practica detenciones de sus oponentes políticos por tenercontactos con “personas que niegan el genocidio”. Esto último, lo utilizó con eficacia cuando, antes de las últimas elecciones, ordenó detener a Victoire Ingabire, su única oponente seria. Como resultado, Kagame ganó las elecciones el 9 de agosto de 2010 con un 93,08% de votos a favor.
estos indicadores contribuye el papel que está jugando el Ejército ruandés para la extracción de minerales como elcoltán en el este de la República Democrática del Congo, castigando a su población civil y alimentando una guerra en el territorio congoleño. Esto, por supuesto, con la connivencia de algunos países occidentales y muchas flamantes multinacionales, obsesionadas con obtener valiosos recursos minerales al menor coste económico posible, aunque el coste humano que haya que pagar sea incalculable.Reconstrucción nacional: pocas luces y muchas sombras
En julio de 1994, el Frente Patriótico Ruandés (FPR), de mayoría tutsi, tomó el poder y declaró el fin de las hostilidades. Pero el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos reportó numerosos casos de represalias sumarias y violencia extrema perpetrada por el Ejército liberador. Esto fue especialmente brutal en 1996, cuando elEjército ruandés arrasó los campamentos de refugiados hutus instalados en la zona fronteriza congoleña matando a miles de personas. Encabezado desde el año 2000 por el actual presidente Kagame, el FPR se encontró con un país devastado y agónico y con una población mutilada. Las estrategias para la reconstrucción nacional fueron dos: la estabilización social, política y económica, y hacer justiciacon los culpables de la matanza. Una tarea nada fácil en un país con más de 80.000 presos vinculados con el genocidio, de los cuales unos 12.000 estaban acusados de asesinato en primer grado –el 1% de la población–, en cárceles atestadas y en condiciones infrahumanas. Aunque en 2012 Ruanda sigue estando abajo en el Índice de Desarrollo Humano (167 de un total de 187), la mejora a escala económicay social es innegable: el aumento de la tasa de escolarización, la disminución de las muertes de madres y de menores de cinco años, la progresión de la esperanza de vida, el incremento sostenido del PIB por habitante y la estabilidad política con el Parlamento del mundo con mayor presencia femenina (el 56,3%, frente al 36% de España) lo demuestran. Sin embargo, numerosos informes de Naciones...