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Travesía de un migrante

Los problemas económicos, el desempleo, la falta de oportunidades para superarse, el deseo por obtener mejores ingresos para aspirar a una vida digna y el sueño por dar una mejor vida a los suyos, conducen a muchos salvadoreños y centroamericanos a cruzar la frontera de manera ilegal.
Ese es el caso de Jesús Gaspar Argueta, un salvadoreño de 44 años de edad,piel morena, baja estatura y de complexión media que se ha aventurado tres veces en busca del llamado sueño americano.
Transcurría el 2005 cuando después de tener la idea rondando por su cabeza, decidió a mediados del mes de agosto emprender camino junto a un hermano de la iglesia en la cual se congregaba, con el firme propósito de llegar a los Estados Unidos de América en busca de mejoresoportunidades.
“La primera vez iba solo, sin coyote, con $600 dólares en la bolsa decidido a aventurarme y a que fuera lo que Dios quisiera”, recuerda el protagonista de esta historia, esa vez salió de Puerto Bus en un Pulman, el reloj marcaba las cinco de la mañana y el inicio de un largo viaje.
A las doce del mediodía llegó a la capital de Guatemala, para buscar a una hermana en Cristo,que había conocido días antes en una convención, con la dirección en mano se dirigió a Huehuetenango, finalmente encontró la casa y pasaron ahí la noche, el siguiente destino seria la frontera de Tecùn Umán.
Una vez en la frontera cruzó el rio en unas góndolas, dicho viaje costo 25 quetzales, al descender de la góndola se encontraba ya en tierras mexicanas, específicamente en Chiapas,donde pasó la noche en una casa del migrante.
Al tercer día de viaje abordó un autobús público hacia Puebla, pero el destino le tenia preparado algo mas, la inexperiencia y desconocimiento de las zonas por donde debía moverse lo condujo a las manos de migración, donde estuvo retenido cuatro días.
“Yo me voy de regreso y vuelvo a probar”, fue lo primero que cruzó por su mente luego deque migración lo enviara a la frontera de La Hachadura en El Salvador, esa sería su primera experiencia como migrante, pero no la ultima, a las cinco de la tarde del mismo día tomó de nuevo el autobús con rumbo a la frontera de Chiapas, donde cruzaría de nuevo en góndola.
Una vez cruzado el rio corrió tras el tren, del que logró sujetarse y viajo tres días en “la bestia”, como le llaman a lamaquina de vapor, “uno busca las partes planas por donde pasa para agarrarse de las escaleras”, describe Gaspar.
Pasando por Guajaca, Orizaba y un lugar llamado Pijijiapa, todos ubicados en México, fue testigo de cómo el tren destrozó las piernas de una hondureña cuando se quedo dormida y los rieles cortaron sus pies.

De nueva cuenta el ser un inexperto aventurero le pasó factura yfue a dar justo a las narices de migración, quienes ya esperaban el tren en la estación para retener a los ilegales, eran las diez y media de la noche, “éramos unos 200”, recuerda, entre Nicaragüenses, Hondureños, Guatemaltecos, todos Centroamericanos.
Luego de ocho días durmiendo en el suelo de una ex bodega que perteneció en un tiempo a TV Azteca y alimentándose únicamente de huevo, fueenviado de nueva cuenta a La Hachadura, habían transcurrido ya 22 días de haber salido de su casa en El Salvador, sin poder llegar a Estados Unidos.
"Cuando me deportaron logre comunicarme con mi familia, ahí me enteré que mi hermano había sido asesinado dos días antes, entonces decidí ya no volver a intentarlo, por lo menos en ese tiempo”, comenta Gaspar.
De esos primerosintentos le quedo una cicatriz en su brazo derecho, de unos cinco centímetros de largo, producto de una herida que se hizo en el monte, que días después debido a las malas condiciones se le infectó, la idea persistía en su cabeza y la mala situación también por ello decidió probar una vez mas.
Esta vez decidió viajar bajo la guía de un coyote, que dijo le cobraría cinco mil dólares, así fue que...