asadasdasda
La Sagradas Escrituras, a través del libro delEclesiástico (Eclo 27, 30- 28,7), no muestra el vínculo que une el perdón otorgado por el hombre a su semejante, con el perdón que él mismo pide a Dios y nos dice que “El rencor y la ira son abominables,y ambas cosas son patrimonio del pecador”. Y nos preguntamos ¿Cómo puede un hombre guardar rencor a otro y pedir la salud al Señor? ¡No tiene piedad de un hombre semejante a él y se atreve a implorarpor sus pecados! El punto esta en si somos capaces de aceptar de esta lectura: “Perdona el agravio a tu prójimo y entonces, cuando ores, serán absueltos tus pecados.”o “y no guardes rencor a tuprójimo; piensa en la Alianza del Altísimo, y pasa por alto la ofensa.”
Si miramos la cruz, resonarán la enseñanzas de Jesucristo, Nuestro Señor, el antes de expirar, implora perdón para sus verdugos.Ciertamente, la “ley del talión”, fue abolida y el mensaje del Eclesiástico no es otro que: si los hombres no olvidan los agravios recibidos de sus prójimos, tampoco Dios les perdonará las ofensasque han cometido contra Él. Inversamente, quien perdona a su prójimo, se verá a su vez perdonado por Dios.
En respuesta a la infinita misericordia de Dios, el salmo (Sal 102, 1-4.9-12), nos recuerdasu bondad y compasión, “El Señor es bondadoso y compasivo.”, Él perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura. No acusa de manerainapelable ni guarda rencor eternamente; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Jesús, es nuestro Maestro y de El son todas las buenas enseñanzas, el perfeccionóla ley del perdón ampliándola para todos los hijos de su Padre y cualquier tipo de ofensa, ¡Señor Perdónalos porque no saben lo que hacen!, y con su sangre nos ha hecho a todos los hombres...
Regístrate para leer el documento completo.