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Hermanas y hermanos de mi patria, amado pueblo argentino: Asumí la responsabilidad de conducir los destinos de la República Argentina, de nuestra querida patria,ante el clamor del pueblo, ante el clamor de ustedes, en un tiempo que evidentemente no era el nuestro, en un tiempo que no es el nuestro. Y como lo expresara en aquella oportunidad lo vengo aratificar nuevamente hoy, sin ataduras, sin compromisos con algún sector de la comunidad, sin ataduras y sin compromisos con nadie, sólo con el pueblo argentino.
Por eso en este momento quiero, enpocos minutos, expresar mi pensamiento que estimo es el de la inmensa mayoría del pueblo argentino, habida cuenta de la situación que estamos viviendo en estas instancias cruciales por las que pasanuestra querida patria, a partir de la actitud que han asumido sectores minoritarios de nuestra comunidad. Como siempre, como lo hice toda mi vida, quiero hablarles con el corazón a flor de piel. Sinmedias tintas. Sin palabras gastadas. Sin prejuicios. Quiero hablarles con sinceridad absoluta. Porque en las últimas horas se han producido hechos que deben llamarnos a una profunda, firme yconvincente reflexión. Es preciso que cada uno de los argentinos hagamos en este instante un acto de interrogación sincera. Para poder dimensionar, en su justa condición, los acontecimientos que estánenrareciendo el clima de orden y tranquilidad que reclama la salud de la República, sin ningún tipo de fundamento. [Fase de premisas]
Asistimos lamentablemente al sabotaje de sectores que seresisten al cambio. Que apuestan al «statu quo». Que dicen: «yo no me meto». «Yo no tengo nada que ver». «Yo no soy responsable de la suerte del país». Que murmuran: «Yo me siento a un costado del camino,para ver cómo esto se va al fracaso».
Asistimos al sabotaje de sectores torpes, que piensan que en la Argentina todavía queda lugar para las salidas individuales, para las salvaciones egoístas....
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