Asdfghjkl

Era una hermosa mañana de sábado.
Yo acababa de llegar a mi escuela, fui a un taller de pintura. Hacía varios días yo quería ir, pues me llamaba la atención.
Mi nombre es Christian.
Tengo 14 años. Me gusta dibujar, los videojuegos, el clima frío y casi cualquier tipo de música.
Aquel día, yo iba tranquilo, sin ninguna preocupación.
Eran cerca de las 9 am. Yo iba con una ropa cómoda, casual,solo una playera de mi banda de rock favorita, jeans de mezclilla, los tenis mas cómodos (y al mismo tiempo viejos) que tenia y una chamarra roja. Ni siquiera me había peinado, pues me había levantado tarde y ya habían llegado por mí. Solo había tomado mi mochila, con una libreta, algunos lápices y un desodorante que siempre cargo sin ninguna razón.
Entre a la escuela. Simplemente me dirigí altaller, sin ningún tipo de preocupación. Entre al taller, todos estaban ahí, callados, simplemente pintando unas tablas largas de madera con una pintura blanca. No conocía a nadie, excepto a un compañero alto, muy grande, de tercer grado, llamado Ernesto.
Me adentre un poco mas, lento, sintiendo como las miradas de todos se clavaban en mí. Me acerque a Ernesto, le salude y dije un poco bajo, auntímido por las miradas de todos:
Eh…que onda. Oye we…que hago? El contesto un poco confundido –De que o que we?- a lo que conteste –pues no se…acabo de llegar y…no sé qué ponerme a hacer…-. Él me dijo: -Ah pues no se, el maestro no esta… ponte a pintar las tablas como los demás, ya al rato vemos que haces- con una sonrisa boba en su rostro.
Asentí con la cabeza y me voltee para ver a los demás.Era un salón grande. Cerca de la entrada, vi a un niño, parecía de primer grado. Estaba pintando una de las tablas. Me acerque lentamente hasta que estuve detrás de él y le dije: -Hola…eh…te ayudo? A pintar la tabla…te ayudo??-. El, un poco dudoso, contesto tras unos segundos de analizarme: -Eh…claro, porque no…- Tenia una cara de no querer ayuda, pero probablemente dijo eso por no ser grosero.Fui a buscar un pincel o brocha o algo con que pintar, cuando una mujer alta, probablemente de unos 15 o 16 años, se paro delante de mí y me dijo con un tono amigable: -Hola, eres nuevo aquí? Porque no vas y terminas de pintar aquella?- Señalando al mismo tiempo una tabla, igual a la que había visto varias veces en ese mismo taller, junto a la cual había una brocha manchada y una lata de pintura.Asentí y me dirigí hacia la tabla. Me descolgué la mochila, la deje en el suelo y comencé a pintarla.
Tarde algunos minutos, pero termine de pintarla.
Luego, la tome por los lados, la levante con el mayor cuidado posible para no mancharme y la lleve afuera del taller, donde había visto que varios más habían llevado sus tablas para que se secasen.
Estuve un rato dando vueltas por el taller, sinhablar con nadie, hasta que llego el maestro. Había estado en un curso, al que tendría que regresar luego, así que entro, saludo a todos y noto que yo era nuevo, así que se me acerco, me puso una actividad, y se fue de nuevo. Me había dejado pequeñas tapas de refresco con pintura amarilla y blanca.
Me había indicado que debía pintar 6 círculos y hacer que pareciera que la luz estaba dediferentes lados en el dibujo, pintando con blanco del lado que daba la luz en cada una. Tarde mucho y no quedo muy bien, pero termine.
Unos segundos antes de que terminara, llego el maestro de nuevo. Saludo de nuevo y fue a ver mi actividad.
De alguna manera me indico lo que hice mal y me puso una nueva actividad.
Esta vez, tomo una hoja y un lápiz y comenzó a dibujar. Sus trazos eran suaves yrápidos a la vez.
Al terminar, note que era lo que había estado dibujando. Era un pollito gordo, con un pico y unos ojos muy pequeños. Dijo que hiciera lo mismo que con las esferas. Debía pintarlo y ponerle luz y fondo.
El maestro salió de nuevo y yo comencé mi trabajo. No tarde tanto en terminar ese último. Termine de pintarlo, no me quedo tan mal, pero me dijeron que debía pintar un fondo y ya...