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A casi 45 años de distancia, se conoce el movimiento estudiantil de 1968 por unas cuantas fotografías que se reciclan en la prensa cada año en la efeméride del 2 de octubre. La homogeneidad y la espectacularidad de unos cuantos iconos han aplastado a la enorme diversidad fotográfica que subyace en los archivos y en los propios periódicos de la época.

En la investigación La Fotografía y elMovimiento Estudiantil de 1968 en la Ciudad de México se detalla el balance fotográfico más amplio que se haya realizado sobre el tema hasta este momento. Dicho recuento incluye fotografías publicadas e inéditas, acervos y testimonios de fotógrafos independientes como Rodrigo Moya, quien guardó celosamente sus negativos durante cuatro décadas, así como los registros fotográficos de los distintosservicios de inteligencia del Estado mexicano en aquellos años, hoy abiertos para la consulta pública.

Por lo que respecta a las fotografías publicadas en la prensa, en el trabajo se da cuenta pormenorizada del linchamiento mediático al que se vio expuesto el movimiento por parte del Estado mexicano. Este linchamiento tuvo un paréntesis importante cuando surgió públicamente la figura del rectorde la UNAM, el ingeniero Javier Barros Sierra, para protestar contra la violencia de la autonomía universitaria, ejemplificada en la barbarie del bazucazo contra la puerta barroca de la Preparatoria número 3, en San Ildefonso.

Entre las fotos no publicadas hay que rescatar el acervo de El Universal, que da cuenta de una serie de interesantes secuencias en torno al capítulo ya mencionado delrector Barros Sierra y, por supuesto, otras relacionadas con la matanza del 2 de octubre, así como lo que constituye la primera gran protesta cívica contra la matanza en la propia Plaza de las Tres Culturas, protagonizada por los propios familiares de las víctimas la noche del primero de noviembre de 1968 (apenas un mes después de la masacre), como parte del ritual de la ceremonia de Día de losMuertos.

En cuanto al acervo de Rodrigo Moya, cabe destacar la fotografía que da pie a la portada del libro que lleva el título de esta colaboración y que representa la quema de un gorila de papel maché que representa al odiado jefe de la policía capitalina, el general Luis Cueto, y, por extensión, a la figura del presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz. Se trata de una especie dehapenning o representación teatral, festiva y contestataria que trastoca los cimientos del poder de manera simbólica y que fue escenificada a las puertas de Palacio Nacional, en pleno zócalo capitalino.

Cabe recordar que dos años antes, un lapsus ocurrido en El Diario de México de Federico Bracamontes llevó a la ruina a ese periódico al publicar en primera plana dos fotografías con los pies de fotoinvertidos: en uno aparecía un grupo de funcionarios acompañados de Díaz Ordaz y en el otro un grupo de chimpancés; el primer pie de foto decía algo así como: "Ya llegaron los nuevos simios al zoológico de Chapultepec" y el segundo rezaba: "Reunión de banqueros con el presidente". La equivocación causó la furia de la Presidencia. El diario tuvo que cerrar. Pues bien, dos años después el lapsus tantemido por las autoridades se escenificó en vivo y a todo color, en las puertas mismas del poder.

El resultado plasmado en el texto es una narrativa rigurosa y amena que regresa a los episodios más conocidos del 68, desde la marcha del rector Barros Sierra a la terrible matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, pero que invierte el sentido tradicional de las crónicas y ponepor delante el análisis de las imágenes fotográficas, para que, a partir de ellas, se genere una reflexión a veces distinta y, en otras ocasiones, complementaria de los hechos.

En este sentido, el lector podrá visualizar temas tales como las distintas representaciones de la juventud de la época que se asoman detrás de las imágenes, o las diferentes zonas urbanas que fueron desempeñando papeles...