Asesinos Seriales

ASESINOS SERIALES DE MIGUEL MENDOZA LUNA

El cuerpo de una mujer aparece desmembrado en un callejón, sus órganos internos han sido extraídos, presenta marcas de mordidas humanas, le han atado unas panty-medias en el cuello, su boca ha sido cortada. Las partes reconocibles están contenidas en tres bolsas de basura. Pudo suceder en Los Ángeles o en Bogotá, no importa, el crimen es igual de brutale igualmente se olvidará pronto; pero si acaso el perpetrador es atrapado, el público querrá saber de inmediato de quién se trata. Es indudable la fascinación oscura que rodea a crímenes y criminales que exceden los márgenes de cierta normalidad de la violencia contemporánea; si un sujeto dispara a otro en medio de un riña callejera la atención prestada será poca, pero si otro asesina a variaspersonas en circunstancias más complejas que un simple disparo, la mirada del público se inclinará de manera más detenida. Cuando se trata de un asesino serial, la atención general es inmediata, los medios se desplazan, el público espera expectante un siguiente ataque o su captura, y sobre todo: su entrevista. Si se trata de una aniquilación masiva, la expresión asesino de masas aparece de inmediatoy la atención es radical. Cuando la violencia del ataque no presenta móviles sociales claros de algún tipo, la atención general llega a un clímax de recepción impresionante. Primera conclusión preliminar: el crimen sin motivo aparente, o por lo menos de causas confusas, y condicionado por cierto tipo anomalía de comportamiento, tiene mayor acogida e interés por parte de las masas que algún otrohomicidio.
 
Un dato para pensar: el récord en horas de publicidad en televisión: la captura de O. J. Simpson
La conclusión anterior nos conduce por un camino escabroso, por el que hay que detenerse para acercarse a la fascinación actual por la más clara forma moderna del mal: el Serial Killer. Veamos algunos datos sin aparente conexión que nos arrojarán el perfil del asesino: el sujetode ficción que más publicaciones de todo tipo ha producido es sin duda Dracula, uno de los asesinos de masas más crueles de la historia; sin embargo, su referente histórico parece quedar relegado a historiadores snobistas y a ficciones sobre seres hipersexuales con colmillos estupendos. Desde la aparición Nosferatu no se ha detenido la filmografía y la fascinación en torno a los vampiros. DeSófocles a Shakespeare, de Poe a Christie, la devoción literaria por el crimen no ha decaído; en los noventas, la novela American Psycho de Bret Easton Ellis ha sido un éxito arrollador. Los canales extranjeros más publicitados, incluso canales de ciencia, tienen un espacio para programas de crímenes y asesinos seriales, y sin duda su rating es muy alto, así que el asunto ya no es propiedad exclusivadel amarillismo. Los escritores más respetados de la tradición literaria moderna se han topado con criminales; por ejemplo, Capote sin A sangre fría no tendría tan amplio reconocimiento, y elseñor Thomas Harris no hubiese saltado a la fama sin el personaje del doctor Hannibal Lecter.
Varias series de éxito televisivo en Estados Unidos tienen como telón de fondo la demencia y el crimen serial. Elculto al débil e ingenuo Manson, que no asesinó ni a una mosca, no ha cesado hasta nuestros días, sus libros figuran aún entre los más vendidos; una estrella musical retoma su nombre, otras bandas celebran sus acciones, las personas usan indiscriminadamente camisetas de Manson y del Che Guevara. Películas de serie B han mezclado lo sexual con el crimen de carácter psicótico sumando dólares. Laresurrección torpe y sospechosa del género negro, especie atravesada por asesinatos y crímenes sin resolver, es un hecho que llena las librerías. El buen cine ha sido alcanzado por el asunto; la anomalía y la demencia son el eje de dos películas de obligada referencia: Seven y El club de la pelea.
Segunda conclusión peligrosa: el asunto de los asesinos seriales y masivos vende, produce objetos...