ASI HABLO ZARATUSTRA
Vosotros, jueces y sacrificadores, no queréis matar hasta que el animal haya inclinado la cabeza? Mirad, el pálido delincuente ha inclinado la cabeza: en sus ojos habla elgran desprecio.
«Mi yo es algo que debe ser superado: mi yo es para mí el gran desprecio del hombre»: así dicen esos ojos.
El haberse juzgado a sí mismo constituyó su instante supremo: ¡no dejéisque el excelso recaiga en su bajeza!
No hay redención alguna para quien sufre tanto de sí mismo, excepto la muerte rápida.
Vuestro matar, jueces, debe ser compasión y no venganza. ¡Y mientrasmatáis, cuidad de que vosotros mismos justifiquéis la vida!
No basta con que os reconciliéis con aquel a quien matáis. Vuestra tristeza sea amor al superhombre: ¡así justificáis vuestro seguir viviendo!«Enemigo» debéis decir, pero no «bellaco»; «enfermo» debéis decir, pero no «bribón»; «tonto» debéis decir, pero no «pecador».
Y tú, rojo juez, si alguna vez dijeses en voz alta todo lo que hashecho con el pensamiento: todo el mundo gritaría: «¡Fuera esa inmundicia y ese gusano venenoso!»
Pero una cosa es el pensamiento, otra la acción, y otra la imagen de la acción. La rueda del motivo nogira entre ellas. Una imagen puso pálido a ese pálido hombre. Cuando realizó su acción él estaba a la altura de ella: mas no soportó la imagen de su acción, una vez cometida ésta.
Desde aquelmomento, pues, se vio siempre como autor de una sola acción. Demencia llamo yo a eso: la excepción se invirtió, convirtiéndose para él en la esencia.
La raya trazada sobre el suelo hechiza a la gallina;el golpe dado por el delincuente hechizó su pobre razón - demencia después de la acción llamo yo a eso.
¡Oíd, jueces! Existe todavía otra demencia: la de antes de la acción. ¡Ay, no me habéispenetrado bastante profundamente en esa alma!
Así habla el rojo juez: «¿por qué este delincuente asesinó? Quería robar». Mas yo os digo: su alma quería sangre, no robo: ¡él estaba sediento de la...
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