Asi Me Trato
FERRÁN RAMÓN-CORTÉS 03/10/2010
La comunicación con los demás acaba siendo reflejo de la comunicación con uno mismo. ¿Tenemos consciencia de nuestro diálogo interior? Sin hacerlo no podremos cambiar nuestra actitud hacia los demás.
Conocí a un ejecutivo de una importante multinacional que tenía fama de ser obsesivamente perfeccionista. Ello se traducía en unaaltísima exigencia con sus colaboradores. Sus mensajes a su equipo eran siempre los mismos: “Seguro que lo puedes mejorar… ”, “si le das otra vuelta, todavía le puedes sacar más jugo…”, “está bien, pero todavía no está al cien por cien…”. Más de una vez me había explicado con impotencia que se desesperaba con el bajo nivel de autoexigencia de sus colaboradores. “Se conforman con cumplir, pero novan a buscar nota”, me decía de ellos.
En cierto momento pasó una importante crisis profesional. Sus colaboradores, desmotivados y con una sensación creciente de estar permanentemente presionados, se amotinaron y le echaron en cara su desmesurado perfeccionismo. Él aceptó la crítica y prometió intentar comunicarse con ellos de forma diferente. Lo cierto es que lo intentó, y durante un tiemporealizó un loable esfuerzo por evitar los mensajes de exigencia y por transmitir mensajes de aliento y motivación.
Pero el cambio duró poco. Una tarde me confesó que lo había intentado con todas sus fuerzas, pero que no lograba interiorizar aquella nueva forma de comunicarse con los demás, y cuando bajaba la guardia, volvía a los mensajes de exigencia. Hablamos largamente, y durante aquella conversaciónme relató un episodio de su trabajo que me dio la clave de lo que le estaba ocurriendo. Me habló de una reciente presentación que había hecho al consejo de administración. “¿Cómo te fue?”, le pregunté. “Bastante bien”, me dijo. “Pero soy consciente de que no estaba al cien por cien. Podía haberlo hecho mejor…”.
Contigo, conmigo
“Nuestro lenguaje es un indicador muy fiel de cómo nos vemos comopersonas”
(Stephen R. Covey)
Cuando descubrimos que nuestra comunicación con los demás no funciona como esperamos, la primera reacción suele ser de autocontrol: tomamos consciencia de los mensajes que lanzamos a nuestro alrededor y hacemos todos los esfuerzos posibles para evitar los que no son bien recibidos. Esta es una respuesta que tiene un apreciable valor, pues demuestra que somos conscientes deque tenemos un problema y que queremos resolverlo. Pero esta estrategia tiene un recorrido limitado, y en general no durará. En relativamente poco tiempo bajaremos la guardia y volveremos a la comunicación que nos sale de dentro. Así pues, el verdadero cambio en nuestra comunicación no se producirá si no realizamos primero un cambio interior. Y no podemos hacer este cambio interior si en primerlugar no descubrimos qué nos decimos a nosotros mismos, es decir, cuál es nuestro diálogo interior.
Este es el primer paso esencial, porque lo que decimos a los demás es, en su esencia, fiel reflejo de lo que nos decimos a nosotros mismos, y no podremos cambiar la actitud hacia los demás (actitud que se traduce en determinados mensajes hacia ellos) si no cambiamos la actitud hacia nosotros.Escucharnos a nosotros
“La voz es reflejo de lo que sientes. Si quieres cambiar tu comunicación, no cambies tu voz, cambia lo que sientes”
(Oriol Pujol Borotau)
Cuando tenemos consciencia de que nuestra comunicación con los demás no es bien recibida, el primer paso ineludible será descubrir qué mensajes nos damos a nosotros mismos a diario, pues nuestro diálogo interior es el origen de nuestracomunicación hacia el exterior. Porque si continuamente nos damos mensajes de exigencia, nos censuramos a nosotros mismos por no haber hecho las cosas mejor y nos echamos en cara nuestros pequeños errores, exigiremos sin límite a los demás, los censuraremos todo el tiempo y no les perdonaremos ni un fallo. En cambio, si nos damos a nosotros mismos mensajes de aliento, nos perdonamos los fallos sin...
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