ASISTENCIALISMO VS SOLIDARIDAD
Pablo Bonavía, 46 años, teólogo, sacerdote de la arquidiócesis de Montevideo. Trabajó en una parroquia suburbana de Montevideo y fue Vicario dePastoral de la arquidiócesis . Actualmente es miembro del equipo de Formadores del Seminario Interdiocesano y profesor de Teología Fundamental en el Instituto del Uruguay Mariano Soler (ITUMS)
Compasión y eficacia
Está el invidualismo en nombre de la excelencia, el rendimiento y la competitividad, típica del hombre moderno. Nos encontramos también con el individualismo desencantado del postmodernoque no cree en el proclamado progreso de la historia y renuncia a cualquier proyecto común. A ello se suma el cansancio del viejo militante social, desgastado por tantos sueños y esfuerzos que no han dado los frutos esperados. La crisis del llamado "Estado de Bienestar" y el derrumbe del socialismo real no hacen sino reforzar estas posturas. Aparece la tentadora propuesta de dedicarse de lleno ala "realización personal", desde un cultivo narcisista del propio cuerpo hasta unas místicas sin prójimo y sin historia.
Sin embargo, el cristiano sincero no pude vivir todo esto sino a contrapelo de experiencias y convicciones firmemente arraigadas en el Evangelio y en su más auténtica tradición creyente. Es demasiado patente la contradicción de este "sálvese quien pueda" con la advertencia deJesús: quien busca salvar su vida la perderá. Advertencia que no busca ciertamente atemorizar la conciencia sino que propone renunciar a espejismos suicidas para entrar en la verdadera vida, en la vida plena y abundante que viene de Dios. Ante la pregunta de un maestro de la ley "¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna", Jesús interroga al maestro qué dice la Biblia y éste responde: "Amarásal Señor tu dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con todo tu espíritu; y a tu prójimo como a ti mismo", Jesús confirma la exactitud de su respuesta y agrega: "haz eso y vivirán". Pero él insiste: "¿Quién es mi prójimo?" Entonces Jesús responde con la conocida narración de aquel samaritano solidario que, en vez de 'dar un rodeo" frente a quien quedó por el camino heridoy despojado, se acerca a él, cura sus heridas y lo entrega a quien puede cuidarlo cargando con todos los gastos. Luego repite: "Vete y haz tú lo mismo" (ver Lucas 10, 25-37).
Esta práctica de "aprojimarse" al que está caído, -puerta por la cual entramos en la vida verdadera según Jesús-, supone a la vez una actitud de compasión ante el despojado y una búsqueda de eficacia en el compartir lo queestá a nuestro alcance para que pueda reconquistar su salud o su libertad. Compasión que no es un sentimiento de "lástima" sino un solidario ponerse en el lugar del que padece, amarlo como a uno mismo, y compartir lo que tengo para ayudarlo a liberarse de la situación de despojo en que se encuentra. Esta práctica de la compasión eficaz fue comprendida por la primitiva iglesia como un signo deidentidad de la fe cristiana frente a religiosidades ritualistas o puramente declaratorias, como lo muestran múltiples testimonios. Recordemos, por ejemplo, lo que dice la carta de Santiago: "Hermanos, ¿qué provecho saca uno cuando dice que tiene fe pero no la demuestra con su manera de actuar? Si a un hermano o a una hermana les falta la ropa y el pan de cada día, y uno de ustedes les dice: 'Que...
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