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aso Huracán “Isidore”: ¿Por qué necesitamos un modelo de desarrollo sostenible frente a los desastres naturales y antropogénicos en la Península de Yucatán?






Conmemorativo del 10º aniversario del mayor desastre patrimonial de la historia yucateca

Por Antropólogo Jorge Franco Cáceres y Arqueólogo Antonio Benavides Rosales


Introducción

Días antes de que el huracán “Isidore” acabara con lademagogia oficial del Plan Estatal de Desarrollo 2001-2007 y heredara a Yucatán el índice de desempleo casi total en 85 municipios -producto del mayor desastre patrimonial de la historia yucateca- con un global aproximado de quinientos mil damnificados, dirigentes de las industrias textil, manufacturera, porcícola, agrícola, avícola, apícola y demás sectores productivos locales, reconocían queexistían preocupantes tasas de desempleo, subempleo y marginación en la entidad, que requerían del impulso de un nuevo modelo de desarrollo comercial y de servicios. Varios de ellos, principalmente algunas dirigencias de sus cámaras empresariales, industriales y comerciales, señalaban que no se avanzaba para conseguirlo, debido a la “errática política económica adoptada por el gobierno del Estado”,de origen legítimo pero dirigido desde afuera y controlado desde adentro por el grupo neoliberal más radical e ignorante dentro del PAN y de las élites empresariales que hasta la fecha son incondicionales suyos. Como puede verse, ajenos a la amenaza patrimonial que significaba la proximidad del huracán “Isidore”, se pujaba por la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo sectorial, pero no seconsideraba el aspecto estratégico de la sostenibilidad de los patrimonios natural y cultural, debido a que no se consideraba que existiera la posibilidad de que un fenómeno natural fuera a ser determinante para el futuro de los sucesos vinculados al crecimiento económico.

Fase de emergencia: fenómeno natural,
pero también asunto político

El huracán “Isidore” resultó un fenómeno natural peculiarque luego se convirtió en un asunto político quizá nunca antes visto en la región. Penetró a la tierra yucateca cuando las autoridades más conspicuas y los medios más cómplices y suspicaces, aseguraban con persistencia que debía alejarse definitivamente. Poco tiempo después, a pesar de que entre ellos también hicieron creer a la gente que nunca habría de llegar a tierra firme y que en unas horasdebería desaparecer, ocurrió que, “frenado” por una onda fría norteña, se estacionó sobre Yucatán y Campeche permaneciendo así durante varios días. Fueron más de cuarenta horas de lluvia intensa y llovizna continua sobre ambas entidades como resultado de estos dos frentes climáticos amalgamados.
Así, dos eventos circunstanciales de distintos orígenes: los fenómenos naturales y el asunto político,se presentaron al unísono ante una sociedad yucateca que los recibió de manera despreocupada por estar desinformada o mal informada desde las instancias públicas que presuntamente sirven para lo contrario. Esto sucedió muy a pesar de que se sabe que la época de huracanes en la región comprende oficialmente los meses de junio a noviembre y que puede extenderse; pero también porque la gente estápresuntamente enterada de que durante esos meses, al margen de las declaraciones oficiales y los mensajes mediáticos sobre cómo se presentará la temporada ciclónica, existe el irremediable riesgo de que uno o varios huracanes de cualquier magnitud afecten de una u otra manera a la península.1
A pesar de las actitudes negligentes o quizá debe decirse irresponsables de las autoridades gubernamentales yla mayoría de los medios de comunicación, la historia yucateca de los huracanes se les revirtió públicamente a nivel nacional cuando la población afectada empezó a denunciar ante la televisión abierta el caudal de pérdidas patrimoniales: naturales, culturales, productivas, domésticas, etc., ocasionadas por el huracán “Isidore”. Los noticieros nocturnos y los informativos diarios empezaron a...