ASTRID MARRERO
El Pentágono o la CIA obligaron durante años a algunos médicos a ignorar sus normas éticas para obtener bajotortura información de sospechosos de terrorismo y, en la actualidad, para forzar el fin de huelgas de hambre en Guantánamo, según denuncia un informe de un instituto médico estadounidense.
Lasconclusiones de un grupo de trabajo detallan que, desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 hasta 2005, la Administración del entonces presidente, George W. Bush, pidió a personal médico militarque diseñara y participara en “tratos crueles, inhumanos, degradantes y tortura a detenidos”.
Se enetiende que entraron en una “Etica Abandonada” donde las actividades del personal médico en la CIA ylas Fuerzas Armadas fueron resultado de políticas diseñadas contra todo requisito ético de la profesión, con el objetivo de emplear a esos doctores en interrogatorios avanzados.
Los estándares deinterrogatorio del Buró Federal de Investigaciones (FBI) fueron desechados tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y “las más altas instancias del Gobierno” determinaron que los detenidos en laguerra contra Al Qaeda y el terrorismo islámico no estaban protegidos por la Convención de Ginebra.
“En contra de los estándares éticos aplicables a la práctica forense, se limitó el deber profesionalde no causar daño”, pese a que, asegura el informe, el código ético de los médicos está por encima de las consideraciones legales del momento.
El Departamento de Defensa y la CIA reemplazaron lasobligaciones éticas de los médicos por obligaciones legales, diseñadas para operar en cárceles clandestinas de la agencia de inteligencia o en centros de detención en Afganistán o Irak.
En las cárcelessecretas de la CIA los doctores fueron designados como “oficiales de seguridad” para evitar simplemente los daños excesivos a los detenidos durante los interrogatorios.
Pese a que las conclusiones...
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