Ataques de panico
En la infancia tenemos una idea omnipotente y fantasiosa sobre nuestras limitaciones físicas. Podemos pensar que nunca envejeceremos y moriremos o que será tan tan lejos que prácticamente no ocurrirá nunca. Quizá estas ideas nos preparan mal para la práctica sensata del auto-cuidado, y de ahí que durante un largo periodo juvenil podamos abusar de nuestra aparentes 'energíasilimitadas' para trasnochar, mal alimentarnos y también para adquirir la mala costumbre de preocuparnos y sufrir sin que aparentemente ello implique mayores complicaciones.
Pero un buen día las cosas pueden cambiar y enviarnos repentinas señales de funcionamiento corporal anómalo, como si el cuerpo ya no tolerara el mismo ritmo trepidante que tenía hasta el día anterior.
No somos conscientes denuestro nivel de agobio, tensión e inquietud si estamos atravesando una época de estrés. Estamos tan familiarizados con las sensaciones internas de ansiedad que nos parecen normales, o por lo menos no preocupantes. Las despreciamos, aunque el nivel de tensión en realidad es más alto de lo que nuestro organismo está preparado para tolerar.
Esta especie de ceguera y sordera sobre nuestro estado esun error de cálculo que nace de que no conocemos nuestras limitaciones corporales (que niveles de descanso, relax, bienestar, distracción y goce necesitamos para funcionar operativamente). Nos hemos mal-educado a ser sacrificados y sufridores, anteponiendo el deber, la ambición y la auto-exigencia, o la búsqueda desaforada de estímulos. Quizás sabemos cuantas horas seguidas podemos aguantartrabajando, pero no sabemos cuantas horas necesitamos para ocuparnos de nuestra mínima tranquilidad personal. Ocurre también con demasiada frecuencia que tampoco sabemos manejarnos demasiado bien frente a las frustraciones, ante las que solemos buscar salidas que más que calmarlas parecen exacerbarlas.
Pero los hechos son los hechos: nuestro cuerpo biológico, en especial nuestro sistema nervioso,tiene sus propias limitaciones de funcionamiento (no puede estar permanentemente activado forzado a trabajar al máximo).
Esto es lo que fundamenta un ataque de pánico, que también podríamos llamar crisis de ansiedad.
Experimentar un ataque de pánico es una terrible, incómoda e intensa experiencia que suele relacionarse con que la persona restrinja su conducta, lo que puede conducir, en casos, aadoptar conductas limitativas para evitar la repetición de las crisis. El trastorno puede desembocar en agorafobia, por miedo a presentar nuevas crisis si se presenta una fuerte conducta evitativa en el afectado.
Ataques de pánico
Las raíces de la experiencia de pánico tiene un arraigo profundo en nuestros mitos culturales. Pam Dios de la mitología griega en el que se personificaba lanaturaleza, vivía en la campiña y presidia ríos, bosques, arroyos, y animales de pastoreo, pero no tenia la a apariencia de una divinidad característica. Era muy feo y pequeño y sus piernas se asemejaban a las de un macho cabrío, lamentablemente para los viajeros, Pam dormía en una pequeña cueva o en matorrales cerca de las veredas. Cuando los viandantes griegos lo molestaban, Pam soltaba un gritoespeluznante que era tan intenso que muchos viajeros aterrados morían de miedo. Esta súbita reacción llego a conocerse como ataques de pánico, en honor a los momentos de furia del dios. En la psicopatología un ataque de pánico se define como una experiencia brusca de temor intenso o de incomodidad acentuada, acompañada por síntomas físicos que por lo general comprenden palpitaciones del corazón,dolor en el pecho, falta de aliento y posiblemente, mareos.
Existen tres tipos:
• No relacionadas con estímulos ambientales: es decir el ataque es percibido como espontaneo y sin ninguna causa.
• Situacionales: se define como las que aparecen durante o en anticipación a la exposición a un desencadenante situacional.
• La crisis predispuesta por una situación predeterminada:...
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