Atención integral


PROYECTO DE LEY DE ATENCIÓN INTEGRAL DE LAS PERSONAS TRANSEXUALES
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
I
La transexualidad no es un fenómeno actual. Existe desde muy antiguo y en diferentes culturas. El término transexual empieza a utilizarse en 1940, para denominar a las personas que sufren una disociación entre el sexo con el que nacen y el sexo al que sienten pertenecer. Desde 1980, la transexualidadestá catalogada como un trastorno mental. Aún hoy en día, los manuales internacionales de enfermedades mentales DSM-IV-R y CIE-10 [elaborados por la American Psychiatric Association (APA) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS), respectivamente] la recogen y califican como ‘tras­torno de la identidad sexual’ o ‘desorden de la identidad de género’. Como consecuencia de tal catalogación,existe un diagnóstico médico adosado a la disociación entre el sexo biológico y el género socialmente atribuido: disforia de género. No obstante, transexualidad y disforia de género no deben tratarse como términos equivalentes. Mientras la transexualidad indica la no identificación con el género que socialmente se nos atribuye en base al sexo biológico de nacimiento, la disforia de género se refiere,únicamente, al profundo malestar que genera en las personas transexuales el tener que enfrentarse, todos los días, a multitud de obstáculos sociales y culturales que se les imponen. No toda persona transexual padece disforia, y quien la padece, no la sufre en el mismo grado o forma.
Pese a que las principales clasificaciones diagnósticas internacionales de enfermedades incluyen la disforia degénero como un trastorno o enfermedad mental, es cada vez mayor el número de expertos e investigadores de prestigio que considera, seriamente, la retirada de este tipo de etiquetados patológicos. Aunque no se pretenda, se constata que dan lugar a numerosas violaciones de los derechos humanos de las personas transexuales: asesinatos extralegales, tortura y maltrato, ataques y violaciones sexuales,invasión de la privacidad, detenciones arbitrarias, negación de los derechos al empleo y a la educación, y grave discriminación en relación al goce de otros derechos humanos.
El recurso de las personas transexuales al sistema sanitario tampoco debe servir como argumento justificativo de dicha fórmula patológica. ¿Acaso alguien sigue defendiendo que una circunstancia personal como la maternidad, paracuyo tratamiento integral existen miles de clínicas y hospitales, sea una enfermedad, por más que en algunos casos requiera hasta intervención quirúrgica (cesárea)? Las personas transexuales no demandan que se les atienda porque sufren una patología o un trastorno, sino por los obstáculos sociales que encuentran en el libre desarrollo de sus derechos más fundamentales y en el dolor y la angustiacon que tales dificultades llenan sus vidas. De ahí que deba partirse, necesariamente, de la premisa de que la configuración del sexo de una persona va más allá de la simple apreciación visual de sus órganos genitales externos, presentes en el momento del nacimiento. Tal y como ha ido estableciendo la ciencia médica moderna, el sexo de un ser humano se conforma como una realidad compleja,consecuencia de una cadena de eventos cromosómicos, gonadales y hormonales, que, entre otros, determinan, en su sucesión, la manifestación morfológica de lo que comúnmente conocemos como hombre y mujer. No obstante, dicha cadena de eventos sufre, en ocasiones, rupturas y diferenciaciones que producen, como resultado, la existencia de personas con características cruzadas de uno y otro sexo. La existenciade personas que buscan adaptar su apariencia física externa al sexo que sienten como propio, adoptando socialmente el sexo contrario al de su nacimiento, es una realidad contrastada por la Medicina y la Psicología, sin que exista una razón física externa y aparente que parezca predisponer a esa decisión.
Habremos de adoptar como guía, por tanto, un concepto no puramente biológico del sexo...