Atmosfera Espiritual Del Siglo Xx
Resumen extraído del texto "Literatura del Siglo XX" de Albistur. Ed. Banda Oriental. 1986
En el siglo XX hay una nueva angustia del hombre nuevo. Los parámetros de esa angustia son los siguientes: Dios ha muerto; la razón está por todas partes cuestionada, y nadie cree en ella con demasiada fe; el universo y la historia se han vuelto ininteligibles; elhombre se mueve en una “vacía libertad de morir” o bien, como dice Sastre, es “una pasión inútil”; se han revelado todos nuestros monstruos, de modo que la sexualidad asoma detrás de cada cosa que parece pura, incluyendo el arte; el afán de justicia suele disimular el resentimiento y el deseo de venganza; hay formas de “sabiduría” que son infelices disfraces de la cobardía; la creación se manifiestaa menudo como una forma de agresividad y la cultura, como la moral, son en buena medida mistificaciones. En medio de este panorama, dice Picón, la curiosidad por el pasado es la única pasión que nos queda. Ella traduce un deseo de éxodo colectivo. Todos nosotros somos candidatos perpetuos a la emigración a través del tiempo.
Tal vez todo sería mejor si el hombre de hoy fuese solamente angustia.Pero él es además orgullo, y un orgullo tan fuerte que hasta puede llegar a gloriarse de su propia angustia, ya que la desgracia de algún modo presagia al fin a las almas. El orgullo está justificado y es explicable, pues jamás el conocimiento había puesto al servicio de la humanidad la energía de la creación, y la posibilidad de destrucción de hoy es una evidencia. Porque todo esto ya no es más“una magia clandestina”, como pudo serlo en otros tiempos, sino un desafío y un riesgo con el cual todos hemos tenido que aprender a convivir.
Cómo ha podido llegarse a este estado de cosa es algo muy difícil de precisar. La cronología ha mostrado una estremecedora serie de acontecimientos que han actuado como un revulsivo para la humanidad, entre los cuales dos guerras planetarias. Pero esto esapenas lo contingente, la consecuencia o resultado de una crisis espiritual que se gestó lentamente y a partir de muchos factores.
El arte suele ser el barómetro más sensible de las grandes transformaciones subterráneas. Nunca la ciencia ha sido – como hoy – hermana de la imaginación y hasta de la poesía. A partir de Einstein, la ciencia es una verdadera aventura del pensamiento, una forma deinventar el mundo, un “genio extraordinario donde la invención coincide con el pensamiento”.
La nueva empresa del espíritu – ya no de la inteligencia – ha arrojado como resultado, una concepción del universo con arreglo a estos postulados esenciales: curvatura del espacio; mundo ni finito ni infinito – “infinito aunque limitado -, de modo que un viajero que se desplazara en línea rectaterminaría regresando al punto de partida; tiempo que es una dimensión nueva de la extensión, ya que tiempo y espacio no son categoría independientes la una de la otra; identidad de la energía y la materia y geometrías para espacios que no tienen nada que ver con nuestra percepción.
A todo esto debe agregarse la noción de “relatividad”, según el cual el investigador está implicado en su propia búsqueda,y cada perspectiva de la observación conlleva una modificación del objeto mismo observado. Porque ninguna cosa, en el fondo, tuvo consecuencias filosóficas más profundas que este hallazgo. Para el viejo relativismo, explica Ortega y Gasset, la realidad es absoluta y nuestro conocimiento de ella, relativo. La “relatividad” es una carencia, una miseria del espíritu humano, una insuficiencia de sucapacidad de conocer, una confirmación y un argumento para la desesperación faústica. Pero Einstein hizo pedazos a esta antigua y resignada concepción. Para él, la realidad es en sí misma relativa – según la perspectiva de la observación que se haya asumido – en tanto nuestro conocimiento de ella es absoluto: desde el ángulo de estudio elegido, nada le es privado al hombre. Y resta todavía...
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