MARIANO JOSÉ DE LARRA Y DOLORES ARMIJO ATRACCIÓN FATAL Texto: Rosa Montero Cuenta la leyenda que Mariano José de Larra (18091837), nuestro mejor representante del Romanticismo, fue un hombre tumultuoso, emotivo y doliente, como correspondería al tópico del romántico, y que, en la flor de la edad y en la cumbre del éxito, enloqueció por una mujer casada y se voló la cabeza de un disparo por puradesesperanza enamorada. Pero la leyendas, ya se sabe, esquematizan y a menudo traicionan la realidad. La vida de Larra tiene muchos más ingredientes, más matices. Y un buen puñado de enigmas sin resolver. [...] Larra era el hijo único de un médico culto y extravagante, el doctor Mariano de Larra, un ardiente afrancesado partidario de José I, alias Pepe Botella, el rey que el invasor Napoleón impusoen España. [...] Cuando Napoleón fue derrotado en 1813, la familia Larra se vio obligada a huir a Francia. El pequeño Larra tenía a la sazón cuatro años, y aquello debió de ser el principio del final. Quiero decir que hasta aquel momento había sido la joya de la casa: era hijo y nieto único (en Madrid vivía con sus padres y sus abuelos), un niño rico y previsiblemente muy mimado. Pero pronto fuesometido a un éxodo durísimo, y luego abandonado interno durante cuatro años en un colegio de Burdeos, en donde es de suponer que las cosas no le fueron fáciles: era demasiado inteligente, demasiado sensible y extranjero. Algunas personas pierden así de temprano el paraíso y luego el resto de sus vidas es decaer. Cinco años más tarde los Larra regresaron a Madrid al abrigo de una amnistía, y porentonces el niño apenas si recordaba el español. De nuevo era diferente: un afrancesado. Por lo visto era un chico serio y triste y apenas si tenía amigos en el colegio. [...] A los dieciséis años se matriculó en Leyes en la Universidad de Valladolid, pero entonces sucedió uno de los primeros episodios enigmáticos de su vida: al parecer se enamoró de una mujer bastante mayor que él, y de prontodescubrió que era la amante de su padre. Dicen que este sórdido enredo [...], le partió el corazón. Lo cierto es que abandonó no solo los estudios, sino también la casa familiar: se fue a Madrid, se buscó un empleo administrativo en el estado y empezó a vivir pos su cuenta. Todo esto sucedía durante la década ominosa (1823-1833), esa época especialmente infame del reinado de Fernando VII, cuando elreaccionarismo triunfó con mayor rigor: en 1831, por ejemplo, dieron garrote vil a Mariana Pineda por el simple hecho de haber bordado sobre una bandera las palabras Ley, Justicia y Libertad. Pues bien: en esas duras circunstancias, con toda la
prensa prohibida, salvo los diarios oficiales, y teniendo tan sólo dieciocho años, Larra se las apañó para publicar, en 1828, un folleto satírico ycrítico titulado El Duende. El periodiquillo tuvo una vida errática y en constante enfrentamiento con la censura, hasta que fue clausurado por orden gubernativa pocos meses después. [...] De muy joven,[...], participó en la famosa Partida del Trueno de Espronceda, compuesta por muchachos airados y bohemios que rompían farolas y asolaban las noches madrileñas. Y además amaba su trabajo. Pero sobre todoestaba apasionadamente comprometido con la causa liberal , o más bien, con la modernización de España. [...] Tras la muerte de El Duende sacó otro folleto, El Pobrecito hablador, que le conquistó un temprano éxito. Y luego escribió en La Revista Española, firmando como Fígaro. Sólo tenía 23 años y para entonces ya era famosísimo. Siendo como era locamente precoz, se había casado en 1829, a losveinte años, con Pepita Wetoret, una niña bien con la que enseguida se llevó muy mal. [...] El matrimonio resultó una catástrofe: Larra era un inmaduro que prefería irse a su tertulia del Parnasillo, en el café del Príncipe, antes que estar con su mujer o ganar dinero para la casa, y Pepita era una persona celosa e insufrible. Tuvieron tres hijos, pero el tercero, nacido en 1833, no fue nunca...
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