Attachment 2

La Esmeralda













Prólogo

























Al Abrir mis ojos era inevitable apreciar una distorsionada imagen semejante a una limitada visión tras un vidrio húmedo. Mientras parpadee una y otra vez, una desenfocada masa de escarcha que levitaba aleatoriamente se hacía cada vez más coherente, se trataba de un infinito número de estrellas que hacia juego con un eterno silencio. Depronto un aire frio caló mi cuerpo obligándome a contraer mis extremidades y no fue sino hasta entonces que pude notar lo agraviadas que se encontraban mis piernas, confesado por el intolerable dolor que las recorrió. Intente levantarme con un esfuerzo inútil y desalentador.
No sabía cómo había llegado a esta situación, de noche, sobre lo que antes era una puerta, mis piernas inmortalmentelesionadas y mi torso estaba algo torcido, a penas mis brazos respondían a una acción de supervivencia al intentar girar hacia un costado que para mi decepción, empecé un doloroso deslizado hasta caer al suelo con un grito atribulado por el gran sufrimiento que padeció toda mi anatomía.





En la sala de un salón muy elegante y altamente lujoso, con una vestimenta de alto rango y en una mesacolgante llena de diferentes vinos y sobra de cigarros me encontraba yo, con un enorme y ostentoso reloj que abrazaba la coyuntura de mi mano. – ¿le apetece algo más Capitán? -. Un Hermoso rostro de ojos castaño se dirigió a mí, con mucho respeto y prudencia. Era curioso, no sabía dónde me encontraba, por qué vestía como los de la Marina y peor aún, quién era yo. –Disculpe Señor, no alcance oírle- Mevolví a la joven con un acto precario, con el esfuerzo de alguien que cubre alguna mentira y le pregunte. – Señorita ¿dónde nos encontramos?-.
El rostro de la joven se descubrió en un fruncido de ceño, y esta vez, con menor cautelo me respondió mientras se desplazaba hacia la barra con pasos hacia atrás. – Ja¡ ahora intentas tomarme el pelo, echa un vistazo a la ventana a ver si refrescas tumente, y si se le ofrece algo su majestad (en tono sarcástico) solo tiene que levantar su mano-. No entendí aquella escena, mi prioridad era saber dónde me encontraba y porque vestía así. Mientras camine por el centro del salón dirigido hacia una ventana, el piso, los cuadros colgantes, las luces, todo en absoluto se inclinó ligeramente pero notable, lo que me obligo a apresurar mi paso y notardesde la ventanilla lo azul y ancho del Mar.
Nos encontrábamos en un Buque, un barco de la Marina y yo era el Capitán a cargo y aun no sabía a dónde me dirigía ni por qué lo hacía. Aun desconcertado y lleno de muchas preguntas, apoyando mis codos y manos entrelazadas contra el cristal, con mi rostro hacia abajo, encontré un gran dato que sin duda alguna iba a preguntármelo en cualquier momento… minombre bordado en mi traje marítimo y justo un segundo después alguien lo pronunció. Una mano arropó mi hombro con dos golpes amistosos y me invito a girar a tiempo de un caluroso abrazo, no sabía de quien se trataba esta nueva figura pero de seguro era alguien con mucha cercanía pues no escatimó un saludo de ese calibre en un lugar altamente visible y yo con barias estrellas en mi uniforme.
Elsujeto amablemente me informo sobre el buen estado del barco y sobre el tiempo que aún faltaba para llegar al destino, restaban horas, me propuso descansar, propuesta que no rechace y le invite a acompañarme a mi habitación mientras me orientaba pues no tenía idea de donde se encontraba. Una recamara llena de muchas comodidades con una gran vista al mar, nada mal para alguien que solo conoce sunombre, pensé. Luego de un baño tibio y espumado nada interrumpiría una placentera siesta.





- Aun vive, no vamos a abandonarlo aquí-.
-Claro, puedes añadirlo a tu colección de sobre cargas inútiles que llevas en tu espalda-.
–ya te dije que no lo dejaremos aquí-.
Estas fueron las palabras que apenas recuerdo poco antes de perder noción otra vez; aunque no del todo. Debieron pasar unas...