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VIOLENCIA POLITICA
El artículo analiza de manera concisa la dinámica entre las formas de violencia política y los procesos electorales desde el retorno de la democracia en 1980.
Entre 1980 y elaño 2001, los peruanos hemos tenido seis elecciones presidenciales y siete congresales, si se toma en cuenta el Congreso Constituyente Democrático (CCD) de 1992. Además, hemos acudido otras 13 veces aelegir autoridades municipales o regionales. Los peruanos que, a causa de los gobiernos militares de la década del 70, no pudieron votar hasta pasados los 30 años, han podido, desde entonces, acudir másde 20 veces a las urnas.
Sin embargo, las numerosas experiencias electorales no han estado acompañadas de una mejora en la calidad de los procesos. En realidad, todo lo contrario ocurrió en ladécada fujimorista, calificada por algún analista como la década de la anti política
Por otro lado, en los últimos 26 años hemos sido testigos de la desconexión entre el voto y la instauración de lademocracia en la sociedad. Cuando se promulgó la Constitución en 1979, se esperaba que el nuevo sistema político le proveyera a la gente las herramientas necesarias para ejercer con responsabilidad losderechos adquiridos. En ese sentido, los partidos políticos permitirían canalizar mejor las demandas al estado y la posibilidad de elegir libremente a cualquier ciudadano daría más cercanía al electorcon el elegido. Tendríamos, en resumen, un ciudadano más consciente de sus derechos y obligaciones.
Desde 1980 hasta hoy hemos presenciado el colapso del sistema de partidos y, finalmente el delsistema democrático. La democracia representativa ha fracasado rotundamente en la medida en que la población no ha podido percibir una mejora en sus condiciones de vida. Esto, a su vez, ha conducido a unainmensa frustración que se ha canalizado en épocas electorales. Como vemos, se trata de un proceso dinámico.
La violencia política ha tenido y sigue teniendo muchas formas. Durante los años del...