Auge y caída del parque vargas

Auge y caída del Parque Vargas
William Niño Araque

Quienes a mediados de los ochenta nos inspiramos con la recuperación de una avenida de dos kilómetros desde El Calvario hasta Los Caobos, alargo del Corazón Monumental de Caracas; quienes celebramos la bóveda de medio cañón del Palacio de Justicia como un espacio clave y ceremonial para la nueva edificación de la ciudad; quienes elogiamos laconstrucción de dos aceras descomunales entre el Palacio de Justicia y el Teresa Carreño y victoreamos los mejores votos por la ejecución de la Plaza del V Centenario sobre el vacío descomunal de LaHoyada; quienes nos extasiamos frente la lección de orden, proporción y medida que representaron los corredores del Metro de la avenida México, hoy nos enfrentamos a la cruda escena que encarnan losescombros arquitectónicos, las ruinas inconclusas, los catafalcos dispuestos a lo largo de los dos kilómetros más importantes de Caracas. Hoy el Parque Vargas, a la distancia de 16 años, y en medio dela hecatombe gigantesca que significa tanta ruina y desmantelamiento, representa la idea anacrónica de un país en decadencia: la visión napoleónica de un centro ceremonial de inversionesinconmensurables, asumidas exclusivamente, por el Estado de “la Gran Venezuela” ya definitivamente en extinción. En otras palabras, a partir de los últimos cinco años se ha abierto una brecha histórica tanprofunda como la que se abrió entre los tiempos de la dictadura y la democracia (1957-1962), y en consecuencia, todas las edificaciones heredadas de un lapso reciente corren el riesgo de sufrir la mismacrisis y desgracia espacial (y gerencial) que padecieron aquellas arquitecturas de los cincuentas, emblemáticas de la ruina de un tiempo como El Helicoide.
La “helicoidización” del Parque Vargas es elsíntoma amenazador del desmantelamiento que sufre la ciudad; la patología crónica requiere ser inminentemente neutralizada, de lo contrario su pérdida será definitiva. Abrir una discusión pública es...