Aura

Cenicienta- El cuento real

Por Ivonne Augustin

Estoy seguro de que todos habéis oído el cuento de Cenicienta. Ya sabéis, la chica hermosa con las dos hermanastras malas y la madrastra malvada. Todos conocéis el final, la hermosa chica se casa con el príncipe guapo y viven felices para siempre. Bueno, ese fue el cuento de hadas, este es el cuento real.

Mi nombre es Oscar y soy unratón.

No soy pariente de Mickey, Minnie, o Súper Ratón, (aunque hay un pequeño parecido al superhéroe Súper Ratón). Vivo en el ático de la casa de Cenicienta. Podría decirse que Cenicienta y yo éramos compañeros de cuarto.

Cuando ella era pequeña y su padre vivía, compartimos un hermoso cuarto en la planta baja. Pero después de la muerte de su padre, se le mandó al ático. Naturalmente la seguí,porque sabía que necesitaría de mi compañía. Y sí que me necesitó. Al principio, ella me veía sólo cómo un ratón común. Noche tras noche ella me tiraba migajas. (Me parecía muy amable). Una noche, después de que su madrastra cerrara la puerta con llave, ella comenzó a llorar. Subí a las faldas de Cenicienta, habló conmigo y me nombró. En ese momento pensé que Oscar era un nombre ñoño, pero ahoraestoy acostumbrado, creo que más o menos me gusta.

Cada día veía a Cenicienta trabajar muuuy duro. Finalmente un día, por accidente, encontré una manera de ayudarla. Veréis, sus hermanastras la mangoneaban, y la hicieron llorar, Cenicienta lloró mucho. (¡Nunca imagine que cupiese tanta agua en una niña!) De cualquier manera, corrí hacia Cenicienta y las hermanastras me vieron.

¡Hombre, lesdeberíais haber visto evacuar el cuarto! Eran más rápidas que una bala – casi se fracturaron sus cuellos mientras corrían gritando del cuarto. ¡Les deberíais haber oído! -¡Eek…un ratón! ¡¡Mamá!! ¡¡¡Socorro!!! - Cenicienta y yo nos reímos tanto. Fue un momento muy bueno.

Una vez me escondí en un plato de comida que estaba destinado para la madrasta de Cenicienta. ¡Cuando me vio, primerose desmayó, después tuvo tres días de histeria! ¡Tres días de paz! ¡Eso fue de lo mejor!

La única otra persona que no me tenía miedo era Esmeralda. Ella era el hada madrina de Cenicienta. Le llamábamos Essie de cariño. De pronto apareció el día del baile grande. Pobre Cenicienta se había desgastado a causa de atender a sus hermanastras, tratando de hacer lo imposible y hacerles… nohermosas…pero sólo presentables. ¡Ellas eran taaan feas… no era algo superficial, eran feas hasta los huesos!

Cómo os decía, Cenicienta hablaba conmigo en el jardín, cuando una mujer de apariencia extraña caminó por la puerta. La mayoría de la gente cree que ella se apareció mágicamente en una hermosa luz blanca, pero no lo hizo.

Simplemente caminó por el jardín con una bolsa marrón para lacompra de Foodtown [supermercado] en su mano. Yo verdaderamente pensé que había venido por una limosna. Cenicienta debió haber pensado lo mismo porque le ofreció un vaso de leche y unas galletas. No parecía ser un hada madrina. Su vestido estaba desgarrado, sus zapatos tenían agujeros y su pelo… bueno, sólo diré que he visto un mejor peinado en un caballo que conocía.

Parecía que ella era la quenecesitaba el hada madrina. Estuve a punto de decirle que se fuera, pero en ese momento Essie le preguntó a Cenicienta que por qué no estaba preparándose para ir al baile. Cenicienta le dijo que no tenía ropa ni transporte. ¡Bueno, en un plis-plas la anciana metió su mano en su bolsa y sacó el vestido azul de baile más precioso que jamás hayas visto! ¡Era azul real, con estrellitas blancas, yjusto la talla de Cenicienta! Entonces otra vez metió su mano en la bolsa y sacó una bolsa blanca de gala, una corona plateada, y las famosas zapatillas de cristal. (Tuve que darme la vuelta mientras proporcionó la ropa interior.) Le dijo a Cenicienta que no había tiempo que perder, que se cambiara, mientras ella veía que se podía hacer con lo del transporte. Le dije que llamara un taxi, pero me...