Aura

Historieta de aura
Alumno: González Gabriel José Daniel
Grupo: 2do Grupo: ”C”
Profesora: Xóchitl Barragán Figueroa



I. Hoja
Lees ese anunció: una oferta de esa naturaleza no se ase todos los días Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadien más.
Lees ese anunció: una oferta de esa naturaleza no se ase todos los días Lees y relees el aviso.Parece dirigido a ti, a nadien más.
| Tocas en vano con esa manija, esa cabeza de peroren cobre, gastada, sin relieves: semejante a la cabeza de un feto canino en los museos de ciencias naturales.
Tocas en vano con esa manija, esa cabeza de peroren cobre, gastada, sin relieves: semejante a la cabeza de un feto canino en los museos de ciencias naturales.
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Buscas en vano la luz que te guie.Buscas la caja de fósforos en la bolsa de tu saco pero esa voz aguda y esa voz aguda y cascada te advierte desde lejos:
-No… no es necesario. Le ruego. Camine trece pasos hacia enfrente y encontrara la escalera a su derecha. Suba, por favor. Son veintidós escalones cuéntelos.

Buscas en vano la luz que te guie. Buscas la caja de fósforos en la bolsa de tu saco pero esa voz aguda y esa voz aguday cascada te advierte desde lejos:
-No… no es necesario. Le ruego. Camine trece pasos hacia enfrente y encontrara la escalera a su derecha. Suba, por favor. Son veintidós escalones cuéntelos.

| La joven inclinara la cabeza y la anciana, al mismo tiempo de ella, remedara el gesto.
-El señor Montero. Va a vivir con nosotras. Te moverás unos pasos para que la luz de las veladoras no tecieguen. La muchacha mantiene los ojos cerrados, las manos cruzadas sobre un muslo: no te mira. Abre los ojos poco a poco, como si temiera los fulgores de la recamara.
La joven inclinara la cabeza y la anciana, al mismo tiempo de ella, remedara el gesto.
-El señor Montero. Va a vivir con nosotras. Te moverás unos pasos para que la luz de las veladoras no te cieguen. La muchacha mantiene los ojoscerrados, las manos cruzadas sobre un muslo: no te mira. Abre los ojos poco a poco, como si temiera los fulgores de la recamara.
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II. Hoja
La anciana sonreirá, incluso reirá con su timbre agudo y dirá que le agrada tu buena voluntad y que la joven te mostrara tu recamara, mientras tú piensas en el sueldo de cuatro mil pesos, el trabajo que puede ser agradable porque a ti te gustan todasestas tareas meticulosas de investigación, que excluyen el esfuerzo físico, el trasladado de un lugar a otro, los encuentro inevitables y molestos con otras personas.
La anciana sonreirá, incluso reirá con su timbre agudo y dirá que le agrada tu buena voluntad y que la joven te mostrara tu recamara, mientras tú piensas en el sueldo de cuatro mil pesos, el trabajo que puede ser agradable porque ati te gustan todas estas tareas meticulosas de investigación, que excluyen el esfuerzo físico, el trasladado de un lugar a otro, los encuentro inevitables y molestos con otras personas.
| Caminas hacia la otra puerta y al empujarla descubres un baño pasado de moda: tina de cuatro patas, con florecillas pintadas sobre la porcelana, un aguamanil azul, un retrete incómodo. Te observas en el granespejo ovalado del guarda ropa, también de nogal, colocado en la sala del baño.
Caminas hacia la otra puerta y al empujarla descubres un baño pasado de moda: tina de cuatro patas, con florecillas pintadas sobre la porcelana, un aguamanil azul, un retrete incómodo. Te observas en el gran espejo ovalado del guarda ropa, también de nogal, colocado en la sala del baño.
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No tienes tiempode detenerte en el vestíbulo porque aura, desde una puerta entreabierta de cristales opacos, te estará esperando con el candelabro en la mano. Caminas, sonriendo, hacia ella; te detienes al escuchar las maullidos dolorosos de varios gatos –sí, te detienes a escuchar, ya cerca de la mano de aura, para cerciorarte de que son varios gatos-y la sigues a la sala:……
No tienes tiempo de detenerte en...