ausencia

AUSENCIA
Era un veinticuatro de agosto, un día cansado, como el de todos los del campo, un atardecer opacado por los dolores maternales de mi madre, trayendo un hijo al mundo; quejándose del dolorpero llena de felicidad de dar la luz a un nuevo ser y nosotros los hermanos juntamente a mi padre, silenciosos esperando el llanto de aquel angelito.
Mente frágil ayúdame a recordarlo todo, teníacinco años, como han pasado los años.
Mis tías, la comadrona del pueblo, el sanitario de la Posta acompañaban a mi madre, salían, entraban, volvían a salir, presentía que no iba bien, sus rostros depreocupación, de angustia; pero que bien mi padre lo disimulaba y nos decía: - Todo está bien­.
¡Ay!, de aquel día triste, cuando el silencio se apoderaba de la casa, con la naciente vida de mihermana y el último suspiro de mi madre, - ¡Adiós mamá! -. No hubo golosinas, ni juguetes, ni caricias que pudiera calmar el llanto de siete hermanos y mi padre, - ¡Dios mío, por qué!, - ¡Por qué me quitasa mi madre! -, ¡Por que dejarnos en la orfandad de cariño, de amor , de cuidado, de guía.
A los dos días, vestidos de negro, con pasos lento hacia el cementerio, tratando de detener el tiempo paraestar, por lo menos, unos momentos más en presencia de la mujer que nos dio la vida y que desde hoy, por decisión divina, será nuestra guía desde el cielo.
¡Ay!, de aquellos días que dejaron huellasimborrables en lo más profundo de mí ser.
Como han pasado los años, voy a tener ya dos hijos, le pido a Dios vida y salud para regar de estas plantas y hacerlos florecer.
Mi niño Lui, consorpresas diarias, lleno de alegría e inocencia, cada día despierta con sorprendentes preguntas, -¡Que difícil responder! No puedo imaginarte sin mí, si cada noche le pides a Dios que no te separe demí.
El niño o niña que llevo en mi vientre ya no tarda en llegar, una razón más de lucha, por ser cada día mejor.
¡Ah! , del amor que profesa una madre a sus hijos, tan infinito como el...