Autismo
Los propósitos de la traducción
No hace muchos años, aún podían escucharse en corrillos estudiantiles los argumentos de por qué la arqueología era más seguraque la investigación del documento escrito: mientras éste mentía,se contradecía o era sumamente oscuro, la piedra —así, la piedra-era la verdad misma, el dato indemne al paso de los siglos. Estaligereza, a pesar de $usencillez, reflejaba un cúmulo de premisasinconsistentes: que el documento escrito debe leerse con plenaingenuidad; que puede obtenerse de él, en forma directa, sinninguna técnica depuradora, la información sobre el pasado;que una simple vía semejante lleva al arqueólogo al encuentrode la verdad; que la investigación de historiadores y arqueólogosconcluye en el momento mismo del esclarecimiento —o delmerodescubrimiento— del testimonio, y que entre los fines, los objetosy los métodos de ambas disciplinas existe una distancia tan grandecomo el de dos profesiones en el mercado de trabajo. Por fortuna,el tópico se fue desvaneciendo, y hoy es ampliamente reconocidoen los círculos profesionales que todo discurso —actual, remoto,directo, indirecto, veraz o
mentiroso— incluye ideología,intencionalidad
deformante, percances en el proceso de comunicación yparticularidades expresivas-intelectivas que hacen indispensableel uso de técnicas que transforman el testimonio primario en datoaprovechable. También se acepta que estas técnicas permiten queel investigador se valga de muchos textos que tradicionalmenteeran despreciados por falaces, partidarios u oscuros. Se admiteasimismo que sólo contécnicas apropiadas puede construir el arqueólogo el dato aprovechable. Y, aunque todavía la idea está lejosde generalizarse, muchos académicos defienden que la arqueologíay la historia no son sino dos de las disciplinas confluentes que sedirigen hacia el conocimiento científico de la dinámica social.El tópico, pues, está superado. Pero debemos precavernos deideas recurrentes. Y uno de los medios paralograrlo es la aproximación, cada vez mayor, de arqueólogos e historiadores a las
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EDUCACIÓN MEXICA
técnicas propias de nuestras recíprocas profesiones, no necesariamente para dominarlas, sino para que aquilatemos los mutuosaportes que nos permiten comprender la dinámica social, objetocomún de nuestras investigaciones.Uno de mis propósitos al ofrecer a los lectores la traduccióndedocumentos sahaguntinos que se refieren a la educación formales contribuir a esta aproximación, mostrando, más que un estudiohistórico concluido, el proceso de investigación hasta una etapadada. Creo que el haberme detenido aquí hará más clara la laborexegética: expongo no sólo soluciones, sino problemas y dudasque por lo regular se esfuman en las obras llevadas a término.
Es,
pretendo, unainvestigación que muestra sus entrañas. Obviamente, la intención didáctica no se limita a los arqueólogos.Está mucho más próxima a los estudiosos de la lengua náhuatl,que contarán para sus ejercicios con el texto original, dos versiones con cuatro siglos de distancia una de otra y un buen númerode notas que ofrecen alternativas, justifican soluciones y proporcionan información que podrá llevar aaproximaciones mayores.También el mesoamericanista no nahuatlato encontrará materialaprovechable con frecuentes opciones de interpretación y conoportunidad de comparar la versión de Sahagún y la mía. Lostextos se ofrecen como material primario a quien quiera proseguirla investigación sobre la educación de los mexicas.Por último, el lector no especializado, con interés particularpor la historia de laeducación, contará con una antología detextos sumamente valiosos. La traducción
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dura, pero comprensible con el auxilio del glosario, y su contenido será ameno si sehace abstracción de las disquisiciones de las notas.
Los docum en tos sahagu n tinos
Los textos seleccionados son de dos tipos: los registros de lasrespuestas dadas por los informantes indígenas al cuestionarioelaborado por fray...
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