Auto da fe tennesi williams
Auto-da-fe
Tennessee Williams
PERSONAJES:
MME. DUVENET
ELOI1, su hijo
Escena
La terraza de delante de una vieja casita de madera en el Vieux Carré de Nueva Orleans. Hay palmeras o plátanos, uno a cada lado de los escalones de la terraza, macetas de geranios y de otras flores de colores vivos a lo largo de la balaustrada, que es baja. El conjunto da una impresión de siniestra antigüedad;incluso las flores sugieren la riqueza de la decadencia. No lejos de allí, en Bourbon Street, la abigarrada procesión de bares y cabarets lanza a los aires los sones, amortiguados por la distancia, de los tocadiscos y, de cuando en cuando, algunas carcajadas. MADAME DUVENET, una frágil mujer de sesenta y siete años, está sentada meciéndose en la terraza, iluminada por el débil y triste resplandorde una puesta de sol de agosto. ELOI, su hijo, sale de la casa. Es un hombre frágil, de cerca de cuarenta años, de tipo flaco y ascético, con ojos oscuros y febriles.
Ambos, madres e hijo, son fanáticos, y en su modo de hablar hay un matiz de magia poética o religiosa.
MME. DUVENET: ¿Por qué le hablaste en un tono tan desagradable a la señorita Bordelon?
ELOI (Apoyándose contra la columna): Mesaca de quicio.
MME. DUVENET: Todos los huéspedes que tenemos te son antipáticos.
ELOI: No es de fiar. Creo que entra en mi habitación.
MME. DUVENET: ¿Qué te hace pensar eso?
ELOI: Tengo pruebas de ello.
MME. DUVENET: Pues puedo asegurarte que no entra en tu cuarto.
ELOI: Alguien entra en mi habitación y anda en mis cosas.
MME. DUVENET: Nadie toca jamás nada en tu habitación.
ELOI: Mi cuartoes mío. No quiero que entre en él nadie.
MME. DUVENET: Sabes muy bien que yo tengo que entrar para limpiarlo.
ELOI: No quiero que lo limpies.
MME. DUVENET: ¿Quieres que esté sucio?
ELOI: Lo que quiero es que no entres, ni a limpiarlo ni a nada.
MME. DUVENET: ¿Cómo ibas a poder vivir en una habitación que no se limpiase nunca?
ELOI: La limpiaré yo mismo cuando sea necesario.
MME. DUVENET:Cualquiera diría que escondes algo.
ELOI: ¿Qué voy a esconder?
MME. DUVENET: No puedo imaginármelo. Por eso resulta tan extraño que te opongas tan firme-mente a que entre en tu habitación tu propia madre.
ELOI: Todo el mundo necesita un poco de intimidad, madre.
MME. DUVENET (Muy digna): Tu intimidad, Eloi, se considerará sagrada.
ELOI: Hum.
MME. DUVENET: Dejaré que se acumule la basura.
ELOI(Vivamente): ¿Qué entiendes por «basura»?
MME. DUVENET (Con tristeza): El polvo y el desorden en que prefieres vivir antes que dejar que tu madre entre en tu cuarto para limpiarlo.
ELOI: Tu escoba y su recogedor no servirían de gran cosa. En este barrio hasta el aire es impuro.
MME. DUVENET: No es tan puro como podría ser. A mí me gustan las cortinas limpias, las ropas blancas, me gusta tener todas lascosas de la casa inmaculadas, impecables.
ELOI: Entonces, ¿por qué no nos mudamos a la parte nueva de la ciudad, donde todo es más limpio?
MME. DUVENET: En esta manzana la propiedad ha perdido todo valor. No podemos vender nuestra casa por lo que nos costaría pintar las paredes.
ELOI: No te comprendo, madre. Siempre estás con el estribillo de la pureza, la manía de la pureza, y, sin embargo, no teimporta vivir en medio de la corrupción.
MME. DUVENET: Yo no tengo ninguna manía. Vivo aquí porque no tengo otro remedio. Y en cuanto a la corrupción, jamás he permitido que me tocase.
ELOI: Pues te toca, te toca. No podemos evitar respirarla. Se nos mete en la nariz e incluso penetra en la sangre.
MME. DUVENET: Creo que eres tú el único que tiene manías aquí. No hablas nunca tranquilamente.Siempre te sales por la tangente y elevas la voz y nos excitas a todos sin motivo ninguno.
ELOI: He pasado ya por casi todo lo que puedo soportar, madre.
MME. DUVENET: Bueno, y ¿qué quieres hacer?
ELOI: Marcharme de aquí, mudarme. Este asma mía, en una atmósfera limpia, en la parte alta de la ciudad, donde el aire es más puro, estoy seguro de que no la padecería tan a menudo.
MME. DUVENET: Lo dejo...
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