Auto de fe en Canarias

PRIMER AUTO DE FE:
A principios de 1526, recorría las calles de la muy noble Ciudad del Real de Las Palmas, una lujosa comitiva á caballo, con trompetas y atambores, pregonando en sus plazas principales, que el muy magnífico Sr. D. Martin Jiménez, Inquisidor apostólico del Obispado de Canarias, celebraría auto público de fe en la plaza mayor, el 24 de aquel mismo mes y año, para mayor honra ygloria de nuestra Santa fe católica. 1
El acto tuvo lugar con gran ostentación y numeroso concurso. Recibióse el solemne juramento de la fe en la plaza principal, predicóse un elocuente sermón, y después de darte lectura a una relación extensa de las causas de cada reo, se hizo entrega de los ocho relajados a la justicia ordinaria, que se apoderó inmediatamente de ellos, y los llevó, con grancontento del pueblo, al lugar donde les esperaba la hoguera, situado en una explanada, que se encontraba fuera de la puerta y ermita de los Reyes, y que desde entonces tomó el nombre de quemadero de la Cruz o plaza de la horca.
Las campanas de la Catedral tocaban a muerto por intervalos desde por la mañana, para recordar sin duda a los relapsos su triste suerte; y los espectadores, consumando elacto, volvieron tranquilos a sus casas, convencidos de que la peste iba a cesar, y de que habían asistido a un sacrificio espiatorio, necesario a la gloria de Dios, y digno de la más alta recompensa. Este espectáculo, nuevo entonces en las Canarias, sorprendió agradablemente a todos los discípulos de Torquemada. El freno que se ponía a la impiedad, a la blasfemia, a la herejía, y a la públicainmoralidad con estos suplicios, era imposible que dejase de producir en breve ópimos frutos.2

SEGUNDO AUTO DE FE:
Anunciado el acto con la solemnidad de costumbre, y publicado por calles y plazas con la debida anticipación, se levantó el cadalso en la plaza principal de Santa Ana… Desde el amanecer del 4 de Junio de 1530, día señalado para el auto, principiaron las campanas a tañer a muerto, yordenada la procesión, fueron saliendo los reos… Se leyeron las causas de los sentenciados, subiendo cada uno, con sus insignias, al banquillo que les estaba preparado. Descollaban primero seis estatuas de cartón, representando seis esclavos de Berbería (la estatua del condenado salía al auto, vestida con las insignias que le correspondía, y era entregada a la justicia, para ser quemada en lugar delreo)… Además de estos, había otro condenado, Juan de Tarifa, quien menos afortunado que ellos no pudo escapar de la cárcel, donde ya le tenían preso… encontró medios de darse a la muerte en su calabozo, ahorcándose el mismo de una viga, como en efecto así lo ejecutó… su cadáver, encerrado en un ataúd, fue entregado también al brazo seglar, y consumido por la hoguera, en compañía de su estatua. 3Las estatuas y los huesos eran cuerpos inertes, que no causaban emociones, aunque demostrasen hasta donde alcanzaba el brazo terrible del Santo Oficio.4

TERCER AUTO DE FE:
El auto se dispuso y tuvo lugar, el sábado 23 de Mayo de 1534, en la misma plaza mayor de Santa Ana, y delante de la Iglesia Catedral, en un hermoso tablado, que se levantó con ese objeto. 5 Veinte y siete reos se presentaronen él a sufrir penas a que fueron condenados. Todos los reconciliados eran moriscos, y abjuraron de la secta de Mahoma, excepto el llamado Pedro Berrugo que lo era de la secta judaica… En general puede decirse, que estos reconciliados desaparecían del país, sin que jamás volviera a saberse de ellos. Cuando la pena era de cárcel perpetua, enviaban los reos a Sevilla, y en las cárceles de aquellaInquisición, eran enterrados vivos, hasta su último día. 6

CUARTO AUTO DE FE:
En el cuarto auto de fe, que tuvo lugar en 1557, hubo diez y siete relapsos, de los cuales quince eran moriscos… Los relapsos habían encontrado medio de escapar, y solo quedaba el recurso de quemar su efigie, en estatua. Recurso elocuente, pero ineficaz, para infundir un saludable espanto en las almas. 7 Todos estos...