Autobiografia docente
Al comenzar el año lectivo tome conciencia de que estaba empezando, Dios mediante, una nueva década en mi trabajo docente. Esto disparó una catarata de sensaciones que se entremezclaron con una situación muy fuerte de índole personal y que aumentó el ardor de las emociones que me desbordaron al reflexionar sobre diez años de“experiencias de aula”. En el primer banco de la segunda fila de la derecha, estaría sentado como alumno, siguiéndome con sus miradas, sus criticas y sus necesidades, mi hijo Matías.
Pese a la antigüedad en la función, nunca me sucedió que al pensar en el nuevo grupo de estudiantes, no me invadiera un fuerte flujo de adrenalina que, usualmente, da el empujón para iniciar el desafío; pero deboreconocer que la presencia atenta de mi hijo dio mas intensidad a esos momentos inquietantes que empiezan desde el primer segundo en que uno se pone a planificar meses de trabajo. A los interrogantes que comúnmente uno se plantea en esas instancias, se me sumaron muchos mas derivados de la situación particular que señalara y que provocaron, por segundos, una suerte de incómoda angustia ante lodesconocido que frené tarareando mentalmente la canción de Serrat que me acompaña toda vez que doy comienzo a experiencias nuevas:
“… caminante, no hay camino, se hace camino al andar….”
El paisaje de la practica…
En el segundo semestre del año 1999 ingresé como profesora de Antropología en la única sección del sexto año del Colegio Domingo Savio, cuya población estudiantil, muy reducidapor cierto, era y es muy heterogénea , integrada por jóvenes, todos varones, de la zona de Don Bosco y Las Palmas, a los que se le suman algunos hijos de militares y de familias de barrios cerrados próximos a la escuela, agregándose en aquel tiempo, aspirantes con vocación sacerdotal, ya que en el predio funcionaba el aspirantado salesiano. Esto ultimo imprimió un sello distintivo en lo que hacea la formación humana de los estudiantes, en los objetivos relacionados a las expectativas actitudinales de las materias, en la contención y acompañamiento recibidos por los chicos, todo ello reflejado en el perfil tanto del personal de la escuela como en el de los alumnos, en el clima confesional que se respira y en el currículo oculto de la escuela el cual prioriza la formación en valoresmorales, éticos y religiosos, la personalización de la enseñanza, la participación de la familia en el proceso vivido por los hijos, etc.
En los últimos año se han producido cambios muy significativos en la institución provocados por el retiro de los salesianos del lugar; primero se cerró el Aspirantado, luego, la Dirección pasó a manos de laicos acompañados por un Representante Legalreligioso, y últimamente, se espació la presencia del equipo de pastoral cuya participación en los recreos, horas libres, salidas al parque de los alumnos, actividades extracurriculares, etc, constituyeron, históricamente, los espacios ideales para el acompañamiento salesiano basado en el sistema preventivo de Don Bosco el cual, alentando un clima de familia y un espíritu alegre, plantea una presenciaformativa y constructiva que se traduce en el fin de formar a los jóvenes para que lleguen a un modo realista y positivo de enfrentar la vida, sin apelar a imposiciones, sino a los recursos de la inteligencia, del corazón y del anhelo de Dios que todo hombre lleva en lo profundo de su ser, orientándolos para que adquieran convicciones sólidas y , progresivamente, se vayan haciendo responsables deldelicado proceso de crecimiento de su humanidad en le Fe. Todos estos cambios, involucran al docente como miembro de la gran familia educadora, comprometiéndolo aun mas con el espíritu que, inalterable, funda el proyecto institucional, siendo su base el acompañamiento y estimulación del proceso de maduración de los alumnos, claves del sistema preventivo que ha de sostenerse mas allá de la...
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