Autobiografia sor juana ines de la cruz
Mercedes Arriaga Flórez
Universidad de Sevilla
Bajo la apariencia de simple “carta”, la Respuesta a Sor Filotea esconde estructuras retóricas propias de la autobiografía, como son: la existencia de partes bien organizadas y orquestadas, el desdoblamiento del yo en diferentes dialécticas (del pasado y presente, de la humillación y la apología), lapresencia de una estructura interpretativa, una narración retrospectiva y autografemas, como el relato de la infancia, y la adquisición de las letras. Estas estructuras retóricas son las que nos llevan a denominar este texto “autobiografía encubierta”.
Cuando se escribe una carta, sostiene Neuro Bonifazzi, “se escribe pensando en el efecto que el texto tendrá en el lector, de forma másexasperada que en cualquier otra escritura” (Bonifazzi: 1986, 10). Esta exasperación se tiñe de ironía en la “Respuesta a la muy ilustre sor Filotea de la Cruz”, nombre bajo el cual se encubre el Obispo de Puebla. Las fórmulas linguísticas que en principio podrían leerse como signos de máximo respeto, en virtud de este pseudonimo, se convierten en elementos antidoctrinales. La repetición delsustantivo “señora” al principio de la carta: “Muy ilustre señora, mi señora” (Sor Juana: 1999, 107) coloca a la escritora en una posición de vasallaje con respecto a su interlocutora, pero al mismo tiempo subraya su carácter ficticio, su máscara. La proliferación de adjetivos que siguen y acompañan esta repetición: “saber responder a vuestra doctisima, discretisima, santisima y amorosisisma carta”(Ibidem), al serlo en grado superlativo refuerzan la ambiguedad en la que Sor Juana se coloca, al utilizar de forma casi hiperbólica las fórmulas retóricas de ensalzamiento de su interlocutor. Ambiguedad que, como señala Iris Zavala, es plena cosciencia sobre las funciones de la palabra[1] (Zavala: 2001, 7).
La “Respuesta” presupone un texto anterior al que contestar, pero Sor Juana Inés noentra inmediatamente en la argumentación objeto de la carta, utiliza las primeras páginas para ensalzar a su enlocutor, colocándolo en lo más alto de lo excelso: “la realidad es no saber algo digno de vos. El segundo imposible es saber agradeceros tan excesivo como no esperado favor, de dar a la prensa mis borrones” (Sor Juana: 1999, 107). Al mismo tiempo, relega su yo a lo más bajo de lo ínfimo,dejando clara que su posición al hablar es de absoluta humildad y sumisión: “¿De dónde, venerable señora, de dónde a mí tanto favor? ¿Por ventura soy más que una pobre monja, la más mínima criatura del mundo y la más indigna de ocupar vuestra atención?” (Sor Juana: 1999, 108).
Esta forma de aplazar la respuesta es un recurso parecido al suspense o al rodeo narrativo. De las siete clases enlas que Beuchot divide el discurso (Beuchot: 1998, 72), Sor Juana las utiliza todas en su texto, pero con una división que refuerza la escala jerarquíca en la que coloca al interlocutor y se coloca ella misma: “disuadir”, “exhortar”, “alabar” y “pedir”, están referidas al interlocutor, mientras que “denigrar”, “acusar” y “defender” están referidas al “yo”. A través de estas últimas se produce unarenuncia del “yo”, pero también una apología a veces mal escondida. Con una técnica de desdoblamiento, Sor Juana se presenta como pecadora y juez al mismo tiempo, como observada y ojo observador, como sujeto y objeto: “¿Qué me habrá costado resistir esto? ¡Rara especie de martirio, donde yo era el mártir y me era el verdugo!” (Sor Juana: 1999, 124).
No podía faltar el llamamiento explicitoa la “verdad”, que al aparecer en las páginas iniciales se constituye como premisa o incipit, más adapto a un texto autobiográfico que epistolar: “No es afectada modestia, señora, sino ingenua verdad de toda mi alma” (Sor Juana: 1999. 108). “Perdonada, Señora mía, la disgresión que me arrebató la fuerza de la verdad” (Sor Juana: 1999,109). Tanto es así que el tema de la “verdad” aparece ligado...
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