autobiografia

Mein Kampf by Adolf Hitler

 

Volume One - A Reckoning
HOY me parece providencial que el destino haya escogido Braunau an Inn como mi lugar de nacimiento. En este pequeño pueblo se encuentra en la frontera entre dos Estados alemanes que nosotros, los de la generación más joven, al menos lo han hecho nuestro trabajo de vida para reunirse con todos los medios a nuestra disposición.
Austriaalemana debe volver a la madre patria alemana grande, y no por consideraciones económicas. No, no y otra vez: incluso si tal unión no fueron importantes desde el punto de vista económico, sí, aunque fuera perjudicial, no obstante, debe tener lugar. Una sangre exige una Reich. Nunca el pueblo alemán posee el derecho moral de participar en la política colonial hasta, al menos, abraza a sus propioshijos en un solo estado. Sólo cuando las fronteras del Reich alemán incluyen el último momento, pero ya no puede garantizar su pan de cada día, ¿el derecho moral de adquirir territorio extranjero surgir de la miseria de nuestro pueblo. Su espada se convertirá en nuestro arado, y de las lágrimas de guerra el pan de cada día de las futuras generaciones crecerán. Y así, esta pequeña ciudad en lafrontera me parece el símbolo de una gran misión. Y en otro aspecto, también, que se perfila como una amonestación hasta la actualidad. Más de cien años, este lugar insignificante tuvo la distinción de ser inmortalizado en los anales de la historia por lo menos alemán, ya que fue el escenario de una catástrofe trágica que se apoderó de la nación alemana. En el momento de nuestra patria más profundahumillación, Johannes Palma de Nuremberg, burgués, librero, enemigo intransigente nacionalista y francés, murió allí por la Alemania que él amaba apasionadamente, incluso en su desgracia. Se había negado obstinadamente a denunciar a sus cómplices, que eran de hecho sus superiores. En lo que se parecía a Leo Schlageter. Y como él, fue denunciado a los franceses por un representante de su gobierno unjefe de policía Augsburg ganado esta fama poco envidiable, con lo que amueblar un ejemplo para nuestros funcionarios alemanes modernos Reich Severing Herr.
En este pequeño pueblo en el mesón, dorada por los rayos del martirio alemán, bávaro por la sangre, técnicamente austriaco, mis padres vivieron en los años ochenta del siglo pasado, mi padre a los funcionarios obedientes mi madre que da todo suser a la familia , y se dedicó sobre todo a nosotros los niños bajo cuidado eterno y amoroso Poco queda en mi recuerdo de este periodo, ya que después de unos años mi padre tuvo que dejar la ciudad fronteriza poco que había aprendido a amar, bajando la Posada de adoptar una nueva posición en Passau, es decir, en la propia Alemania.
En aquellos días en movimiento constante fue la suerte de unfuncionario aduanero austriaco. Poco tiempo después, mi padre fue enviado a Linz, y allí fue pensionado por fin. Sin embargo, en realidad, esto no fue en el sentido de "res" "para el anciano. En sus días de juventud, como el hijo de un labrador pobre, no podía soportar estar en casa. Antes de que él era aún trece años, el niño pequeño atado a su pequeña mochila y salió corriendo de su casa en elWaldviertel. A pesar de la tentación de "experiencia" de los pobladores de disuadirlo, se dirigió a Viena, hay que aprender un oficio. Esto fue en los años cincuenta del siglo pasado. Una decisión desesperada, para llevar a la calle con sólo tres gulden dinero para viajar y sumergirse en lo desconocido. Por el momento los trece años de edad, llegó a ser diecisiete años, se había aprobado un examen desu aprendiz, pero todavía no estaba contenido. Por el contrario. El largo período de sufrimiento, miseria sin fin, y el sufrimiento que había pasado por fortalecido su determinación de renunciar a su oficio y convertirse en "algo mejor. Anteriormente el pobre muchacho había considerado el sacerdote como la encarnación de todas las alturas humanamente alcanzable, ahora en la gran ciudad, que...