Autoestima
Por: José Luis Catalán Bitrián
Llevados por la inseguridad y desconfianza en nuestra capacidad de ser aceptados tal como somos y aceptar el fracaso como: hombres, mujeres, como trabajadores, estudiantes, esposos padres, podemos caer en la tentación de adornar aquí y allá nuestra historia y nuestras habilidades de forma que causemos una impresión favorable en las demáspersonas
Mentir es un recurso fácil de valer sin tener que pasar por esfuerzos ni penurias, aunque el precio que se corre es la posibilidad de ser descubierto. En esto sucede algo similar a la persona que lanza rumores falsos para disminuir a las personas que envidia: puede ser descubierto y la conducta desvelada, ir en su contra desprestigiándolo ante a los que quería influir.
Mientras que lapersona sincera no tiene que vigilar la versión que da de sus anécdotas y los episodios vividos, porque los transcribe al dictado de su memoria, en cambio el mentiroso debe controlar qué versión da de su historia, para que resulte coherente con la escuchada por cada persona ante la que ha presumido.
Cuanto más se cae en la tentación de mentir más difícil es controlar la abundante base de datos delas versiones dadas y más imposible resulta comentar, repetir o seguir con coherencia lo novelado, de forma que los detalles chirrían y de pronto un personaje famoso es novio de una prima mientras que antes lo era de una hermana, El hábito se mentir se puede transformar en un trastorno de la personalidad que podríamos llamar 'seudologia fantástica' que es una compulsión a imaginar una vida, unosacontecimientos y una historia en base a causar una impresión de admiración en los espectadores.
Este afán por impresionar esta basado en la imperiosa necesidad de resultar valiosos e geniales por medios tramposos ya que por los naturales de la simpatía y ser espontáneos dudamos el poder conseguirlos.
Refleja, por un lado, la ambición de ser dignos de amor y "ojito derecho" de los demás comoantes de ser destronamos por el proceso de maduración lo éramos de los padres; por otro lado, se pone de manifiesto nuestra profunda duda de no ser dignos en base a la distancia, la dureza, el aislamiento y la falta de adaptación que sufrimos, que asemejan pruebas de algún tipo de minusvalía.
El mentiroso fantasioso coge el atajo de robar atención y aprecio por la vía del fácil engaño (las palabrasson cómodos sustitutos de los hechos) en vez de por su Ser-sincero, tal vez mucho mas modesto de lo que su ambición soporta.
No se conforma con ser una persona cualquiera -tal vez se vería a sí misma con excesivo desarraigo-, sino que desea ser siempre una personalidad de primera magnitud, de esas que los demás admiramos embelesados y envidiosos.
También mintiendo sobre lo que hacemosllevamos a cabo algo que proporciona un pequeño resto de placer que nos da una migaja de lo que nos gustaría. Imaginando que somos ricos, que seducimos a las personas más bellas, sentimos un gusto que el disgusto de ser sólo fantasías no acaba de eliminar y que puede convertirse en deleitoso manjar para satisfacer necesidades que esta forma engañosa nunca realmente será completa, pero que a base deengaño tras engaño, fantasía tras fantasía nos hace sentir el sueño tan real que casi lo podemos creer.
Lo que nos gustaría hacer, lo que en ensueños nos prometemos, lo que según nuestros cálculos inflados seguramente nos pasará puede hacernos correr tanto en el tiempo que disfrutemos precipitadamente de lo que todavía no somos, y ello nos prepara mal para el naufragio de nuestros ilusiones durante eltranscurso despiadado de la vida. Este tropiezo no le sucede a quien su mirada alcanza al escalón de arriba sólo cuando ha mirado bien que ha subido el actual.
El problema del pseudólogo es que para mentir tanto y que no se note ha de hacer lo mismo que un actor que representa un personaje y quiere resultar creíble: esforzarse tanto, como si uno fuera esa persona inventada, que realmente uno...
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