autopista
-Las filas de adelante están avanzandoy el transito se está normalizando –Los labios del ingeniero del 404 se movían de tal forma que dejaban salir una voz llena de euforia y dicha.
Ella lo miraba fijamente con una cara incrédula yconfusa, suponía que él había notado su estado de shock ya que volvió a repetírselo.
-Amor, es hora de seguir.
Cuando lo escucho por segunda vez le pareció increíble, casi como un susurro de ensueños.Pensaba tan sólo en cuanto tiempo había pasado varada en la autopista y se le hacía incalculable. Recordaba aquel primer domingo de Agosto, el calor del Sol sobre su nariz, aquellas conversacionessobre la hora, las distancias y el cine con el hombre que ahora se encontraba al lado suyo. Todo se le hacía tan lejano.
-¡Maravilloso! En Paris nos veremos -Fue lo último que atino a decir antes debajar de su auto y subir a su Dauphine. Una vez allí pensó que quizás su despedida había sido un poco fría. La muchacha acomodaba todo para emprender la marcha cuando se escuchaban los gritos del...
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