autores
Horas de lucha
Editorial
Editorial Toribio Anyarin Injante
Forma
prosa
Argumento
Mariano Amezaga fue no solo un escritor sincero y viril, sino un abogadode honradez proverbial, unverdadero tipo de más noble acepción delvocablo. Si un mal litigante pretendía encomendarle la defensa de algúnpleito inocuo. Amezaga lo desahuciaba suavemente – “amigo mío, comousted carece dejusticia, yo no le defiendo. Si la causa le parecía justo seencargaba de la defensa, pero las demás veces le sucedía que no lepagaban los honorarios o que en el fragor de las de las peripeciasforenses ellitigante le decía socarronamente – “señor doctor, valganverdades, acabo de saber por el reverendo padre N.N. que usted hapublicado un libro contra los dogmas de nuestra religión y yo como buencatólicono puedo seguir teniendo de abogado a un hereje”.Si por un orgullo mal entendido y risible no reclamamos de una policíainternacional que reprima los golpes de estado y finaliza con lasdictaduras debajo imperio deberíamos trabajar porque los escritores y demodo singular los diaristas organizaran una corporación higiénica paradesinfectar.Se abusa tanto del liberalismo sirve para disimular tangroseroscontrabandos, que las gentes concluirán por hacer algunas restriccionesal oírse llamar liberales. Si el liberalismo no excluye al revolucionario debuena ley, si admite en su seño a losKropotkine.Seis años después el partido liberal vivió consagrado a una marchaaproximándose ostensiblemente a los radicales, pero acercándosesolapadamente a los demócratas. Basta recorrer la evolución, laalianzaliberal.Desde las colonias de infusorios hasta sociedades humanas se ve luchassin cuartel y abominables victorias de los fuertes con una sola diferencia:toda la naturaleza sufre la dura ley ycalla, el hombre o rechaza y sesubleva, si el hombre es el único ser que lanza un clamor de justicia.La nación que no lleva el hierro en las manos, concluye por atrás traerleen los pies.
Personajes...
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