Autoridad Y Responsabilidad

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22 de junio de 2004
Autoridad y responsabilidad*


¿Cómo hacer de Chile un país desarrollado? ¿Qué tiene que cambiar para que eso sea posible? ¿O es simplemente una cuestión de tiempo, yhay que tener paciencia? Y si así fuera, ¿no sería posible acelerar el proceso? El debate no es nuevo, pero hasta la fecha ha sido patrimonio casi exclusivo de economistas, lo que a veces limita elanálisis, impidiendo la incorporación de visiones alternativas o complementarias. En especial porque, a mi juicio, el desafío que tenemos por delante como país no es técnico, sino que implica cambiosprofundos en el ser nacional.

Pensemos en la transformación del país que se hizo durante el gobierno militar. Detrás de la desregulación de la economía y de la creación de toda una nuevainstitucionalidad, lo que hubo fue un profundo cambio de mentalidad, cuya idea fuerza fue la “libertad”, que vino a romper con una larga historia de estatismo, socialismo, dependencia y privilegios. El desafío delpresente, que es alcanzar el desarrollo, exige una nueva transformación, cuyo motor está en la “responsabilidad”. Sin libertad no existe responsabilidad, pero ésta
no es una consecuencia automáticade aquélla.

¿Qué exactamente debemos entender por responsabilidad? Si descomponemos la palabra, significa “habilidad para responder”, esto es, que las personas tengan la capacidad y la actitud dehacer frente, por sí mismas, a los problemas y retos, de cualquier tipo, que encuentren por delante. Lamentablemente, nuestra cultura –a diferencia de la sajona, por ejemplo– inhibe este tipo deresponsabilidad, porque hace recaer en la autoridad la tarea de tomar decisiones y dar respuestas. Basta mirar


lo que ocurre en una sala de clases, desde el primer ciclo básico hasta la universidadmisma: una persona se para delante de un grupo de
alumnos y les dice lo que está bien y lo que está mal, lo que es verdad y lo que no lo es; ellos anotan en sus cuadernos y luego repiten. ¿Dónde queda...