autoría y género literario de la celestina
Estas atribuciones probables que hace Fernando de Rojas son problemáticas. Mena fue descartado por la crítica casi de inmediato, porque su fama en Salamanca habría sacado a la luz esa autoría de inmediato, lo cual indica que puede ser un recurso de Rojas para llamar la atención sobre la obra usando un nombre de prestigio. Al descubrirse unos escritos de Mena en prosa latinizante, sequiso volver sobre esta pista, que no parece probable.
Algo más creíble es la posibilidad de Rodrigo de Cota y se han visto conexiones entre La Celestina y su Diálogo entre el Amor y un Viejo si bien el tema amoroso se trata en ambas obras de forma muy distinta. En todo caso, la posibilidad no pasa de ahí, pues nada la fundamenta. La hipótesis más probable es que el autor de esa Celestina sinconcluir o inacabada -que no un solo primer acto- fuese aragonés, como ya indicó Baltasar Gracián en el siglo XVII, hipótesis que se ha desdeñado como infundada, pero que es muy verosímil, según José Guillermo García Valdecasas, ya que ese primer acto contiene alusiones a actuaciones jurídicas que sólo se explican en el contexto del derecho aragonés de la época, y además se alude a un rey, cuando laque reinaba en Castilla era una reina; el benevolente castigo por brujería a Claudina (medio día encorozada sobre una escalera en la plaza) es propio de la Corona de Aragón (en Castilla hubiera sido reo de muerte); el derecho aragonés permite, hasta 1495, la ejecución rápida cuando el delito es flagrante, como sucede con los criados de Calisto; Celestina hace referencia a los rogadores(intercesores en favor del reo), institución no castellana; tampoco es castellano el santo con el que compara Celestina a Calisto, San Jorge; en la despensa de Calisto hay vino de Murviedro, de importación prohibida en Castilla desde Juan II, y no hay que olvidar que el refactor de la Comedia era jurista. La ciudad en que transcurren los hechos presenta coincidencias con Zaragoza o Valencia: una gran urbecon universidad, numerosos palacios y monasterios, varios jueces o justicias y al menos tres cementerios, de los que el moro y el judío estarían juntos, algo imposible en Castilla, y son más las coincidencias.
Pero el problema llegó a ser más grave, pues en el siglo XIX llegó a negarse la existencia de Rojas, queriendo buscar otras atribuciones, pero autores de principios del siglo XX (ManuelSerrano y Sanz en 1902 y Del Valle Lersundi en 1929) demostraron que se trataba de una persona real, presentando documentos que demostraban su existencia y su autoría.
Menéndez Pelayo tomó algunas de estas dudas (entre los que las planteaban había gente de la talla de Leandro Fernández de Moratín o Blanco White) y descreyó de las afirmaciones de Rojas, pensando que serían fruto de la timidez o de un...
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