avivamiento
El libro está escrito de una forma cautivante matizando sus vitales enseñanzas con frases de personajes célebres que nos harán anhelar las corrientes frescas de la presencia de Dios. No hay duda de que la lectura de este clásico nos devolverá el ánimo y el deseo de estar más cerca de Dios y de constituirnos en sus instrumentos.
IV.- POR EL TEMOR DELOS PREDICADORES: Todas las enormes filosofias y creencias del mundo de hoy que atentan a su divinidad provocan la ira de Dios. ¿No tenemos que sonar la alarma? Ya no somos protestantes. ¿De qué protestamos? Si fuéramos la mitad de lo cristianos que profesamos ser y tuviéramos una décima parte del amor a la verdad y a las almas que decimos poseer, nuestro pueblo cristiano se vería bañado en sangrea causa de la persecución, pero asimismo lo seria en el fuego del Espíritu Santo. ¿por qué los predicadores actuales no desatamos las iras del infierno? ¿Por qué somos tan normales y tan espléndidamente nulos?
Podemos tener tumultos sin despertamientos, pero a la luz de la Biblia y de la Historia, ¿podemos tener despertamiento sin tumultos de oposición?
NADIE CON HONESTIDAD PERSONAL PUEDE NEGARESTA VERDAD, LA MAYORIA DE LOS LIDERES PREFIEREN CALLAR LAS GRANDES VERDADES DE LA BIBLIA PARA NO MOLESTAR A LA MAYORIA DE LA GENTE, A LAS AUTORIDADES O AL SISTEMA RELIGIOSO... EN GENERAL, EL MIEDO Y LA CONVENIENCIA SE HA APODERADO DE
LOS PULPITOS DE HOY
I. POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS CONSIGUE UNCION
La cenicienta de la iglesia es la oración. Esta criada del Señor esdespreciada y desechada porque no se adorna con las joyas del intelectualismo, ni las brillantes sedas de la filosofía, ni con la impresionante tiara de la sicología. Lleva los - delantales de honesta sinceridad y humildad. No teme arrodillarse. -
El defecto de la oración, humanamente hablando, es que no se apoya en la eficiencia mental. (Esto
no quiere decir que la oración sea la aliada de mentesenfermas, sino que en éstos sólo se aprecia la eficiencia intelectual) Pero la oración requiere una sola cosa: espiritualidad.
No se necesita indispensablemente la espiritualidad para predicar, esto es, para dar sermones con
perfección homilética y exactitud de exégesis. Mediante una buena dosis de memoria, ciencia, ambición personal, desparpajo y una buena biblioteca bien cargada de libros, el...
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