AYACUCHO, CRIMENES Y TORTURAS DEL EJÉRCITO Pocos salieron vivos del cuartel “Los Cabitos”
Entre 1983 y 1990, funcionaron en Ayacucho los más brutales centros de tortura y extermino de prisioneros, que manejaron las Fuerzas Armadas y el Estado peruano. Pocos son los que salieron vivos del cuartel “Los Cabitos”, la Casa Rosada”, y de otro lugares de tortura instalados en Ayacucho. “Guerra sucia” la llamaron algunos como subterfugio para encubrirla naturaleza criminal del accionar militar en la lucha contra la subversión.
El 29 de diciembre de 1982 el gobierno de Fernando Belaunde, con la complacencia del Congreso integrado por todos los partidos políticos, incluida la izquierda legal (Izquierda Unida), decretó el ingreso de las fuerzas armadas en la lucha contra la guerrilla maoísta que en ese tiempo estaba ubicada principalmente enla región de Ayacucho. Esta decisión, que algunos la calificaron de decisiva para el país y la “democracia”, ensangrentó el Perú, cuyo saldo de dos décadas de militarización fue cerca de 70 mil muertos a causa de la aplicación de los planes y estrategias diseñadas por el Estado y sus fuerzas represivas en la guerra contrainsurgente. Con la complicidad de medios de comunicación, de periodistas, deparlamentarios fantoches, de partidos políticos, del poder judicial, e incuso de la iglesia católica del Perú, pueblos enteros y miles de ciudadanos peruanos fueron masacrados y eliminados.
El general del ejército Clemente Noel Moral fue el primer Jefe Político Militar designado por el gobierno para que ponga en ejecución los planes antisubversivos. Noel al frente de la Segunda División deInfantería, se instaló en el cuartel “Los Cabitos” en Ayacucho, desde donde dio órdenes de muerte y sacrificio de toda persona sospechosa de pertenecer a las filas de la subversión maoísta. En el cuartel “Los Cabitos, como parte de la estrategia contrainsurgente, se puso en funcionamiento un centro de torturas y crímenes de prisioneros. Se construyó un horno gigantesco donde se incineraban los restosmortales de los detenidos. Al costado y en el interior de los cuarteles militares se instalaron criaderos de chanchos, los que eran alimentados con los restos humanos de los presuntos subversivos asesinados. Recientes investigaciones de instituciones de derechos humanos del Perú han constatado que en este horno más de 300 personas fueron incineradas bajo el propósito de borrar cualquier rastro desu paso por los centros de tortura. Se improvisaron también cementerios clandestinos, donde se sepultaban a las víctimas de torturas y de aniquilamiento. Anexo al cuartel “Los Cabitos”, funcionó desde 1983 hasta la mitad de la década del 90, la “Casa Rosada”, un centro de torturas y crímenes, donde de acuerdo al testimonio de un agente del ejército que participó en esas orgías de sangre (2), porlo menos se liquidaron mil subversivos.
Tanto en el cuartel “Los Cabitos”, como en la “Casa Rosada”, los métodos de tortura estaban dirigidos a hacer sufrir indescriptiblemente al prisionero. La “colgada”, la “tina”, la “electricidad”, el “vuelo”, la “dieta”, y la “compasión”, fueron de uso corriente en las torturas que infringieron los militares contra sus víctimas. En el caso de la “COLGADA”,la víctima era amarrada de los brazos hacia atrás para ser suspendida en al aire. Una vez en el aire recibía golpes con objetos contundentes. La masacre duraba hasta que el prisionero perdía el conocimiento. Muchas veces los huesos de los brazos de la víctima se quebraban por el esfuerzo de estar suspendida en el aire o por los golpes que recibía. La “TINA”, esto significaba que el prisionero...
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