Ayar Huq

AYAR HUQ

Cerro Tamputoco, mediados del siglo XII, cuatro hermanos exploran una nueva tierra muy fructífera y bendecida, una tierra codiciada en secreto por cada uno de ellos, sus nombres son: Ayar Manco, Ayar Cachi, Ayar Uchu, Ayar Auca y cada uno con sus respectivas mujeres. Cuán grande es la tierra que les rodea, sin embargo nace en sus corazones la codicia.

Tahuantinsuyo 1532

Pasaron tresaños luego del arribo invasor, ninguno de nosotros supo quienes eran y porque venían, no pudimos evitarlo, la profecía se hizo pesadilla.

Esta es la historia de la raza y el guerrero que luchó a contracorriente, palmo a palmo contra el invasor que dominaba a golpe de trueno y bestia salvaje, pálida su piel como muerto y crudo como dios pagano dispuesto a devastar a un pueblo blasfemo.

Añosantes de la muerte del Inca Huayna Cápac, nace Juq, llamado así por Carán ultimo soldado real de Túpac Yupanqui y Tusanoa, virgen del sol entregada en matrimonio por el mismo Inca. A los quince años lucho junto a Huáscar contra su hermano Atahualpa, siendo derrotados y enviados al exilio, tiempo después la mayoría de los soldados Incas fueron muertos por los invasores, luego de juzgar a al IncaAtahualpa.

Hoy los soldados de Huáscar viven en fortalezas ocultas formando en secreto un ejército suficientemente grande para hacer frente al hombre blanco, los tiempos, Huayna Cápac, Huáscar y Atahualpa han muerto, Túpac Hualpa ha subido al trono pero asesinado dos meses después. El legado de los Incas agoniza.

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Era casi elamanecer, Urpi yacía dormida apaciblemente entre las pieles suaves de dos llamas hermosas, compartía su calor con mi primogénito, era mi felicidad. Una sensación perturba fuertemente mi corazón, no pensé quizás en reaccionar al instante, no quise hacer caso a mi instinto guerrero, cuando…

Luego de reponerme logre divisar casi diez monstruos enormes y sobre ellos los invasores empuñando hojas de metalbrillante matando a indefensas mujeres, me puse en pie y empuñando la lanza enfrente cara a cara al invasor… derribe a dos de ellos y sentí la ira en mi sangre, cada golpe cobraba venganza de cada Inca asesinado, entonces miré…uno de ellos empuñando un instrumento corto y opaco mato a dos de mis soldados, el sonido era similar a un trueno empobrecido pero igual de aterrador, tomé a Urpi quellevaba un hijo mío en su vientre y huimos al valle. Muchos de mis amigos cayeron en esa emboscada, no pude hacer nada.

Bajando por las laderas del Cerro Tamputoco, tropecé perdiendo a Urpi en el camino, caímos ambos heridos. Uno de ellos nos ha seguido hasta el valle…

¡Os aniquilaré por haber sido insolentes, indios abominables!
El hombre pálido empuñando su arma hizo sonar el trueno…
¡Malditoseas!, haz venido aquí para hacer solo maldades y lograr que mi pueblo
te odie, maldito seas tú que haz herido con fuego a mi esposa e hijo, grite airado
La ira me cegaba en un frenesí de violencia, a duras penas logre sostener a Urpi contra mi pecho intentando protegerla, mientras una nueva ráfaga de trueno y fuego me quemo la espalda. Era demasiado, usando mis últimas fuerzas corrí cuesta arribahacia el invasor, en mi huaraca: una piedra que generó un indescriptible sonido a fractura y relámpago indicaron mi victoria, logre derribarlo dándole muerte.

Un minuto estuve inmóvil, mi pecho estaba abierto y emanaba de el sangre viva, estaba muriendo, el hombre blanco me había herido al mismo tiempo que yo, sin poder evitarlo rodé cuesta abajo a la rivera del río.

Recuerdo en mis sueños elrostro de Urpi rogándome que no la deje, ella también sangraba, no pude sostener mis parpados. Fueron horas solos al lado del río, no supe como fue que ambos entramos a una caverna pequeña y angosta, mientras se extendía se hacía más amplia y ventilada, desperté y reconocí a un Muqui, así me dijo que se llaman todos los de su familia, me dijo que yo necesitaba salvarme y que en las minas yo estaría...